domingo, 27 de febrero de 2011

Bosque de ojos

Fueguito

La mujer tenía un fueguito en un lugar tradicional, común, de utilidades varias.
Lo usó para devorar.
Lo usó para guardar.
Lo usó para envolver con seda roja la fuerza de un hombre.
Lo usó para parir.
Lo usó para reírse con sonrisa de noche.
La mujer ha muerto, como todos los animales muy viejos. Está enterrada en un campo chico, donde duermen caballos bajo un cielo sin luces.
Pero un fueguito sobrevuela la noche de caballos dormidos.
Dicen que es la luz en pena de las ánimas.
Dicen que acaso es el alma de la mujer.
Pero solamente es el fueguito aquél, el del lugar común, tan fuerte como un alma, que alumbra, y alumbra.


Amor Constante

Sé que tu mano saldrá por debajo de la tierra para sostenerme –será semejante a una raíz, con nudos impenetrables al desgaste–. Sé que tu mano se curvará y se ahuecará para darme reposo. Sé que se cerrará y que se alzará, para que me levante contra el temor del cielo. Sé que las noches la bruñirán como un espejo donde se refleje mi vida, para que me vea en sueños.
Sé qué tu mano de ceniza tendrá sentido y latirá como tu corazón, constante nueve lunas para crecerme.
Sé que dibujará el último círculo de amparo y que me acostará en el centro de aquel aro de fuego.
Y todo el viento cayendo en el oscuro no podrá deshacerlo.

Semejanzas

Como un salto de animales por la rueda de fuego,
como una caminata mortal sobre una cuerda de viento,
en equilibrio sobre una tierra cortada,
en puntas de pie sobre un cuchillo de hielo que se va deshaciendo a cada paso.
Así, el poema.


     En Esperan la mañana verde (1998)


El Dios que huye
1-

Has visto unas alas. Sola y sin sueño cuando la tarde se agrisa y se apacigua, hubo una música. Qué extraño estertor del otoño construyéndose con tenacidad invisible sobre los vidrios. ¿Qué es este ser que viene a tí? ¿Por qué deseas implacablemente las alas con su blanco sonido de estepas? Dejas caer tu vigilia como un párpado muerto, pero atisbas detrás de lo cerrado y cansado, en el aliento mineral del otoño, sobrio y celeste. ¿Qué danza no bailada es la que llama?

En Visiones. Primer Premio de Poesía,
Feria del Libro de Bs. As., 1984.


La escritora M.R.Lojo reunió sus microficciones bajo el título Bosque de ojos por la editorial Sudamericana. Algunos de los libros que aquí se compilan, pueden leerse y guardarse desde este link. Recomiendo la lectura de "Una mujer de fin de siglo" y "La princesa Federal" (novelas).

jueves, 24 de febrero de 2011

Oceánico altar



“¡Otro!”, le dictó su memoria. “No quiero la noche sino cuando la aurora/ la hizo diluirse en oro y azul/ Lo que mi alma ignora/ eso es lo que quiero poseer…” Desde aquella tarde, se había jurado y perjurado que tanta dedicación, esfuerzo y abnegación de días, meses y años, transcurridos en el exilio del retiro, encadenarían sus actos simples de rutina: levantarse con la primera claridad, abrir los amplios ventanales, inspirar el aire fresco, desayunar junto a los jazmines del cielo que inundaban su balcón y la compañía de su gato blanco, blanquísimo. Bajar luego a comprar algunas frutas y verduras para regresar y concentrarse, por fin, en los moldes y telas de las pocas clientas que su estancia en la isla le venía reservando desde aquella tarde. Transcurrida la media mañana, con el sol en su máxima altura, almorzar y tomar un descanso para ahí, sí, sumergirse en un baño fresco, ajustarse uno de los tantos lienzos demorados que le habían quedado y bajar silenciosa las escaleras del edificio y encaramarse por la baja rambla del sur. Todos los días era la misma ceremonia.


Después de su andar sosegado, buscaba un parador. Con una mirada algo distraída pero expectante, ensayaba una búsqueda rapaz por el interior del bar. Le había ocurrido ya repetir ese rito, continuar su andar y regresar al tiempo. Pero esa tarde, mientras la caída del sol resplandecía sobre la costanera, su ansiedad la llevó a desplegar una espaciosa lona sobre la escalinata trasera del parador que miraba al mar. No hizo más que sentarse, quitarse su capelina e iniciar la clausura de su hábito. “Lo que mi alma ignora/ eso es lo que quiero poseer/”- clamó a media voz ante el altar oceánico- “¿Para qué?... Si lo supiese, no haría/ versos para decir que aún no lo sé/ Tengo el alma...”, y su recitado se interrumpió. Una voz la llamó desde el interior del parador. Con la distancia que mediaba, solo se dejaba ver la sombra de un cuerpo colosal y de aristocrática elegancia que ella de inmediato supo reconocer. “Tengo el alma pobre y fría/ Ah, ¿con qué limosna la calentaré?”… y sin meditarlo, se dijo que ya era hora de probarlo.

22 de junio de 2007

*Todos los versos que aparecen en este relato pertencen al poema "No quiero rosas, con tal que haya rosas..." de Fernando Pessoa.

lunes, 21 de febrero de 2011

Más allá de mí

Sábado, madrugada
           
Escribo. Más allá de la imagen. Me lanzo sin red hacia ella.
Escribo para buscar. Escribo para encontrar. Y, en el mientras tanto, me redimo. Oprimen en esta noche cerrada los pensamientos. Y en la realidad, la palabra sobrevive. La noche es lánguida y el día será su disimulada pena. Esta grieta, que se abre entre el arriba y el abajo, orada la herida.  Todo es presencia: todo está ahí arriba del puente; todo está ahí abajo. En el medio, el agua. Espejo de todos. Es este el canto del desacierto. ¿Cuántas indecisiones gobiernan una vida? ¿Cuántas otras las construyen? ¿Cuántas debilidades la gobiernan?  ¿Cuántas otras las destruyen?... ¡Y qué lejos me queda el agua!      
            La palabra es un grito de salvación cuando no hallo cómo decir. Un grito. De rescate. En soledad.
            Camino. Creo que camino. La noche amanecida cae detrás de mis pasos. De terciopelo, cálida, líquida. Y la historia no aparece. Siempre en fuga. Esperando que la atrape. La vida, mientras tanto, siempre ahí. Presente. Sabe que la espero. ¡Cuánto la espero! La historia. La vida. Sin una. Con la otra. Nada es lo que parece. Todo está ahí arriba del puente; todo está ahí abajo. En medio, el agua. Espejo de lo inaprensible.


Sábado, mediodía.

            Entre que me lleven y que me dejen, se escurrió la mañana. Más allá de mí, está este destino de extravío. Me confunde la mirada este paisaje sombrío y delicioso de una Venecia que no me deja encontrarla. ¿Arriba o abajo? ¿Dónde? Me abate esta imposibilidad de asirla.  ¿Cuál es el decir de sus góndolas?... Entre sus puentes y el agua, ¿qué trasbordo hacen los secretos ancestrales, que inundan de humedad y dulzura de tiempo, este espacio vacío y amarrado que se me cuela por los ojos?... ¿Cómo nombrar este estar perdido?…
            Saldré en su búsqueda y nada me detendrá. Entonces, colmaré mis vísceras con  su aire. Sentiré arder mi respiración, mi sangre a borbotones florecerá y seré un único e impetuoso movimiento hacia la carrera de los viajeros amantes, que surcan las aguas de lo cierto.
            ¡Sí!, aún sigo aquí. Junto al mirador. Ya se acercan los pasos de mi “lazarilla”. Los escuchó avanzar. Cortos pero seguros. Suaves pero continuos. Ella me arrastrará con todo mi pesar por esta Venecia que me pierde y me olvida.
           
            6 de octubre de 2007

Miguel de Molina


"Arte y Provocación"
Muestra Homenaje a Miguel de Molina
Centro Cultural Recoleta (Junín 1930)
Desde el 24 de febrero
hasta el 27 de marzo


El video pertenece a la película "Las cosas del querer" (1989)
de Jaime Chávarri

domingo, 20 de febrero de 2011

Alguna vez

 Uno, dos tres...
Mi mamá me...
Do, re, mi...
Mi papá me...
A, be, ce...
Yo, me, mi...
Alfa, beta, gama...
A, e, i...
Así iban, musicaliteraturizando la mismividita.



5 de mayo de 2007






*La imagen corresponde a una pintura de la artista chilena, Violeta Parra. Ir al sitio oficial

sábado, 19 de febrero de 2011

Cuentan que el diablo estaba harto de navegar encerrado en una botella.

... Pero esperaba que se le diera la buena, porque sabía que siempre que llovió, escampó.


Y así fue. Un día la botella se hizo pedazos en una roca y el diablo salió como loco haciendo tumba cabezas.

Enseguida se puso a buscar un buen lugar para vivir. Era pretencioso y haragán, quería verlo todo desde arriba y que lo transportaran y lo cuidaran.

Cuando vio pasar a la hermosa muchacha, no dudó más. Se le prendió como un abrojo en el pelo. Imposible de desenredar. Se acomodó muy contento sobre la espalda y así andaba, de patas cruzadas.

Criticaba todo lo que veía, decía groserías a los demás y se tiraba pedos con el mayor desparpajo.

La muchacha vivía llena de rabia y de vergüenza, sin poder sacárselo de encima. Trató de ocultarlo, de esconderse, de parar el planeta, pero todo fue inútil.

El diablo le comía la comida, le enturbiaba el agua y se le metía en los sueños.

Entonces la muchacha decidió hacer huelga de soledad. Se recluyó durante mucho tiempo dispuesta a no comer ni hacer nada de nada.

El diablo se las vio feas porque si había algo insoportable para él era el hambre. Tuvo tanta hambre que le crujía el estómago y, berreando lastimeramente, se lo contó a la muchacha.

Le contó que tenía un hueco en el estómago. Un hueco que le dolía mucho.

-Ay Ay Ay -dijo ella-. Veremos qué se puede hacer.

Y se puso a pensar durante un rato largo.

-Hay que vomitar -dijo por fin-. Vomitá, vamos.

El diablo se puso los dedos en la garganta con temor. Entre arcadas, vomitó sobre la tierra.

Ella miró con gesto de asco y vio que había vomitado el hueco. Era un círculo hondo, muy hondo, la boca de una bolsa sin final. La pura oscuridad.

Miró al diablo. Estaba pálido, pero daba ínfimas señales de reponerse con celeridad de diablo.

Ella pensó que no había tiempo que perder.

Venciendo el miedo se asomó al hueco y miró muy interesada.

-Así debe ser estar ciego -se dijo aturdida por lo oscuro.

El aturdimiento le dio la idea. Miró al diablo de reojos.

-Oh -gritó, fingiendo sorpresa.

-¿Qué? -preguntó el diablo, inquieto.

-Hay... se ve...

Su voz temblaba y sintió que la tensión la hacía balancearse en el borde. Pero bien valía la pena el riesgo.

-Nunca me imaginé -siguió diciendo mientras se inclinaba hacia el hueco-. Nunca, nunca me imaginé que vería esto.

-¿Qué? -dijo el diablo inquieto-. ¿Qué ves en mi hueco? -Y se precipitó hacia el borde como queriendo proteger todo lo que allí existía.

Entonces ella se plantó sobre la tierra y con las palmas de las manos ensanchadas para que no le fallaran, dio un golpe firme sobre el diablo y lo perdió para siempre.

El llanto le surgió a borbotones y sin permiso, salpicó al hueco. Y la tierra volvió a quedar áspera y tersa como de costumbre.


Por Laura Devetach, en Diablos y Mariposas

viernes, 18 de febrero de 2011

A tu salud, Egipto: "Hoy, el infinito está del lado de los pobres"*


"La historia toda estriba en anhelos que se mantienen, se pierden, se renuevan. Y con las nuevas esperanzas llegan nuevas teorías. Pero para los hacinados, para aquellos que tienen muy poco, o nada, excepto algunas veces el arrojo y el amor, la esperanza funciona de manera distinta. Es entonces algo que morder, algo que poner entre los dientes. No olvides esto. Sé realista. Con la esperanza entre los dientes, llega la fuerza para seguir aun cuando la fatiga nos acose, llega la fuerza, cuando es necesaria, para elegir no gritar en el momento equivocado, llega la fuerza, sobre todo, para no aullar. Una esperanza entre los dientes, es un hermano o hermana que exige respeto. Quienes en el mundo real no tienen esperanza están condenados a estar solos."

"La democracia es una propuesta (rara vez cumplida) en torno a la toma de decisiones; tiene poco que ver con las campañas electorales. Su promesa es que las decisiones políticas se tomen después, y a la luz de, consultar a los gobernados. Esto depende de que los gobernados estén adecuadamente informados de los asuntos en cuestión, y de que quienes deciden tengan la capacidad o la voluntad de escuchar o tomar en cuenta lo que oyeron. La democracia no debe confundirse con la de tomar opciones binarias ni con el hacinamiento de la gente en estadísticas. Éstas son sus pretensiones."

"Toda dorma de hacer frente a la tiranía es comprensible. Dialogar con ella es imposible. Para que vivamos y muramos debidamente, las cosas han de nombrarse debidamente. Reclamemos nuestras palabras."


*John Berger en "El Infinito, Ahora" de Con la esperanza entre los dientes.

Fragmentos de Con la esperanza entre los dientes de J. B.

martes, 8 de febrero de 2011

Leonora Elena

La frescura de mis plantas entra por la ventana y me abraza.
Respiro profundo.
Mañana de diarios, lectura atenta y termos de mate. La música acompaña.
Me atrapa la historia de Leonora Carrington. Me lleva un tiempo hallar en mi biblioteca "La Flor de Lis", una entrañable novela. Esta atada a un año bisagra. Un año de separaciones y de perdones.
Leo:

"Estas mujeres que van relevándose en cambiar el agua de las ánforas son mis antecesoras; son los mismos floreros que van heredándose de madre a hija, el de vidrio de pepita, el que pesa tanto de cristal cortado y que a mí jamás me ha gustado, el amarillo de Carretones, el que tiene asas. Me toca la cosecha de recipientes llenos de agua para que les vaya metiendo uno a uno los tallos verdes, el agua se me escapa entre los dedos, las palabras se me licúan y allá van resbalando hasta encharcarse, estoy a punto de tirar la vasija que se resbala. Dicen que las flores chinas de papel florean en el agua. A diferencia de las flores de mi bisabuela, de mi abuela, de mi madre, mi tía, las mías serán de papel. Pero ¿en dónde van a florear?"

"No es que la extrañe es que la vivo, aquí entre las paredes negras aunadas por las viejas puertas, las estrechas puntiagudas ventanas dizque góticas que dan a los árboles oscuros; cuando salimos a caminar la miro avenadada entre los troncos, estoy segura de que nos sigue, vestida de luz y sombra, se aparece en los claros y se detiene erguida la cabeza, me mira, la veo mirarme con esos ojos que ninguno de los tres hemos sacado, luego escapa, sedosa, y no puedo sorprenderla ya en ningún recoveco de la lluvia. Mamá es la gran culpable de mi esperanza." *

La 'Flor de Lis', de Elena Poniatowska, escritora mexicana que acaba de ganar el Premio Biblioteca Breve por su novela Leonora, inspirada en la vida de la escritora y pintora surrealista Leonora Carrington, su turbulenta historia de amor con Max Ernst, y su aventura vital, desde el manicomio en que fue internada hasta su paso por Nueva York y México.  Para leer más, ir aquí.



*El cuadro pertenece a Leonora Carrignton.

lunes, 7 de febrero de 2011

Sozinho

En el sillón

Afuera llueve, tenuemente.

El sillón me invita.

Me entrego.

Y leo en la página16, "Ya soy vieja, pero todavía recuerdo lo que era pasar por delante de los hombres cuando te deseaban con la mirada, de una forma asquerosa o bella. Parimos monstruos, parimos santos y parimos a todos los que no son ni una cosa ni otra. A ´Jesús de Nazareth y a Herodes. Todo tipo de bondad y de maldad sale de entre nuestras piernas, y mientras somos jóvenes, todo tipo de bondad y de maldad sueña con volver a entrar allí."* A mano tengo una copa de vino, hay tardes que tienen el pregusto de la eternidad.

         
* Fragmento de Lila y Flag de John Berger.

domingo, 6 de febrero de 2011

Una vez tuve una ilusión...

Noticias desde el río

La escena transcurre así:
                                     Fin de la sobremesa. Las embarcaciones se detienen a orillas del río. Se aquietan y el río descansa. Me pierdo en ese vaivén final. Me dejo ir. Ahora regreso. Recostados en el alero que sobresale de la cabina estamos los tres: los suplementos culturales de ayer y de hoy, el último libro de Berger ("Con la esperanza entre los dientes") y yo. Comienzo por el reportaje a Berger. La escritora y docente que lo entrevista para la "Revista Ñ" me conduce y me pierde, junto con ella, en las fotografías que acompañan el texto. Las miro una a una. Levanto la mirada y busco el río. Regreso a las imágenes del artista. Leo un párrafo. Vuelvo a las fotografías. Sigo por otro párrafo y me quedo en las fotografías. Ahora sé porque su lectura fue siempre como este río que "abre madrigueras en la tierra del habla".



"Cada par de ojos inevitablemente debe cargar con su propio horizonte. Pero este sentido ampliado de anchura y de lo lateral lo estimula a uno a imaginar (como ocurre en la infancia) una multitud de horizontes alternativos. La compuerta cayó desde arriba. Los horizontes se extienden en todas direcciones. Detrás de mi ojo derecho cuelga una arpillera; detrás de mi ojo izquierdo hay un espejo. Por supuesto no veo ni la arpillera ni el espejo. Sin embargo, lo que miro refleja ostentosamente su diferencia. Ante la arpillera, lo invisible permanece indiferente; ante el espejo comienza a jugar."


"Una intervención quirúrgica para extirpar las cataratas devuelve a los ojos buena parte de su talento perdido. Talento, no obstante, implica invariablemente cierta cantidad de esfuerzo y resistencia como también gracia y beneficio. Y por esa razón la nueva visibilidad representó para mí no sólo un don sino un logro. Principalmente, el logro de los médicos y las enfermeras que realizaron la intervención y también, en grado un poco menor, el logro de mi cuerpo."

jueves, 3 de febrero de 2011

Muñeca

"En cualquier caso, y para no hacer mas pesada esta larga y aburrida historia, acabaré recordando el momento en que entré en un lugar como este, me encontré con una jovencita como tú, y la llamé muñeca."
(de la película "Último tango en París *)


María Scheneider
1952 - 2011

* La película fue dirigida por Bernardo Bertolucci en 1972, estrenada en 1978, con fotografía de Vittorio Storaro

miércoles, 2 de febrero de 2011

Con la esperanza entre los dientes

1
Alguien pregunta: ¿sigues siendo marxista? Nunca antes ha sido tan extensa como hoy la devastación ocasionada por la búsqueda de la ganancia. Casi todo el mundo lo sabe. ¿Cómo es entonces posible no hacerle caso a Marx, que profetizó y analizó tal devastación? La respuesta sería que la gente, mucha gente, ha perdido sus coordenadas políticas. Sin mapa alguno, no sabe adónde se dirige.

2
Todos los días, la gente sigue señales que apuntan a algún sitio que no es su hogar, sino un destino al que decidió ir. Señales de carreteras, señales de embarque en algún aeropuerto, avisos en las terminales. Algunos hacen sus viajes por placer, otros por negocios, muchos motivados por la pérdida o la desesperación. Al llegar, terminan por darse cuenta de que no están en el sitio indicado por las señales que siguieron. Donde se hallan tienen la latitud, la longitud, el tiempo local y la moneda correctos, y no obstante no tiene la gravedad específica del destino que escogieron. Se hallan junto al sitio al que escogieron llegar, pero la distancia que los separa de éste es inaculculable...

Fragmento del capítulo Diez comunicados. Dónde hallar nuestro lugar (junio 2005) en el último libro publicado en Argentina de Jonh Berger por la editorial Alfaguara, Con la esperanza entre los dientes.

A la hora del té y de las tapas



"La tierra es redonda.
Y siempre se está volviendo al origen.
Qué hermoso fue ver los mundos nuevos
y qué injusto descubrirlos y dejarlos.
No pudo ser la estrella sólo mía
pero dentro llevo su fulgor.
Abri mi costado para su ingreso
y luego lo cerré, vedando el paso a otra gente
y que jamás pueda salir el brillo eterno.
Será la luz que mi interior habite siempre." *

*Fragmento del poema Volver del libro Navegante de mis sueños de Juan Carlos Ortega.

"La paloma ama una vez cada verano...

...Yo no quiero ser esa torcaza
aferrado a un amor y el tiempo escapa.
Mi urgencia es cual tornado,
vértigo envolvente que arrasa
y se lleva todo con él en loco giro.
                                                                                 Juan Carlos Ortega *



* Versos del poema "Remolinos", perteneciente al libro Navegante de mis sueños del poeta y escultor J. C. Ortega, elegido por la Provincia de San Luis para representarnos en el exterior. Se puede consultar su obra aquí.

"Mientras sus venas transito...

...ensayo propuestas en su leño,
que tiene sus propias respuestas.
Allí nace el diálogo,
él tiene sus cosas,
yo traigo las mías.
Cuando la obra se asoma
dejando el letargo,
se instala entre los dos
un afecto casi humano.

Cómo cuesta suspender el lazo
cuando se avizora el final.
Rara mezcla de pena
con el esfuerzo premiado,
pues él impuso condiciones,
cedió algunas cosas,
acepté sus exigencias
y después, tallé las mías.
                                     Juan Carlos Ortega *

Un lugar en el mundo : su Taller

"¿Quién sugiere la forma, el relieve y la armonía? ¿y quién querrá ser creativo y ensayar los mejores trazos para captar el etéreo mandamiento de plasmar la imaginación en obras?" (J. C. Ortega)


Escultura en algarrobo
Título: Cabildo Abierto
de la serie Bicentenario.
Acompaña la obra el siguiente poema del escultor

"Pasaron doscientos años
y el Cabildo sigue Abierto,
está la gente en la calle, en el campo,
en ciudades y poblados.
Lo tengamos levantado
separándolo del fango,
alumbrando como un faro
y sigamos preguntando:
¿De qué se trata? y... ¿los tratos?"

* Poema perteneciente al libro "Árbol y Juan" del escultor y poeta J. C. Ortega

martes, 1 de febrero de 2011

"Ya si quisiera la luna...

sería incendio de sol...

Ya si deseara los pájaros
hablarían con mi voz...

Ya si quisiera las flores
cambiarían de color...

En los limpios ojos míos
vive un copiado negror...
Ahora vivo los sueños.
Ahora en río me doy.
Ahora sueño la vida.
Verano eterno ya soy. *

 



* Fragmentos del poema Segundo Romance del Enamorado del poeta Antonio Esteban Agüero

"No tengo miedo al invierno, con tu recuerdo lleno de sol" *

De un primitivo modo miremos el crepúsculo
como si fuera acaso el primero el último,
escuchemos el aire, contemplemos el pulso
de la noche aún secreta en el lucero de oro.
Que el alma se nos llene de este vino oloroso;
gocemos cada sombra, cada luz, el sonoro
regalo de la brisa con palomas y tordos.
¿No te sientes ligera? ¿Casi alada? Pues vamos,
ponte esa flor sin nombre en el pecho y corramos
a ver cómo la luna se columpia en el álamo.
Allí nos sentaremos en una piedra blanca,
en pura compañía con la prisa del agua,
desde allí miraremos la luz en la lomada.
¡Mira esa flor! ¿Oyes esa voz en las cañas?...
                                                                    Antonio Esteban Agüero**

Luna 'merlina' que nace y vuela

* "Tonada de un viejo amor" de Jaime Dávalos y Juan Falú
** Poema "Crepúsculo" perteneciente al libro Las "Cantatas" de un Soñador del poeta A. E. Agüero.