domingo, 13 de enero de 2013

Si la felicidad fuese una música


De Cerdeña con Amor

"El título nobiliario de las tres hermanas no es en absoluto de Mantequilla. Así llaman a la más pequeña, porque es torpe, por tener manos de mantequilla y porque toda la realidad le hace daño a su débil corazón, que también es de mantequilla.

Cuentan que cuando era muchachita la reprendían, porque cuando en la casa precisaban algo no se podía contar con ella, pues estaba ayudando a algún pobre del vecindario, y decía que total ellos tenían de todo. Cuando llovía iba a los sótanos inundados de Castello a sacar agua con cubos,
en cambio, si faltaba agua, llevaba bidones desde su casa, porque total en su casa ya tenían depósitos.

Según Noemi molestaba, porque no sabía hacer nada y con sus manos de mantequilla no hacía otra cosa que desordenar más los tugurios de aquellos pobrecitos. Pero ella regresaba a casa feliz si había ayudado a alguien. Asomaba con su delgadez por el hueco de la puerta alta y oscura del
comedor, los brazos cruzados, sin decidirse a entrar, porque quería disculparse por ser buena o quizá también por haber venido al mundo.Hacía de canguro gratis cuando las madres de los niños iban a trabajar. Si después ni siquiera le daban las gracias y a lo mejor se mostraban frías con ella, se preguntaba: «¿Qué mal les he hecho yo?», y nunca pensaba que era buena. Al contrario. Pensaba que todo le iba mal precisamente porque no lo era y a Noemi le entraban ganas de estamparla contra la pared, a esa hermana estúpida.

Aquí, en Castello, mucha gente se ríe de ella, y si no se ríen, en cualquier caso, la critican. Lo que tiene gracia es que todos le recomiendan que se haga respetar y después son los primeros en tratarla sin ninguna consideración. Noemi la primera, porque no hace más que imponer su voluntad a gritos."

* Milena Agus es escritora italiana,  profesora de lengua e historia en un Instituto de Formación Profesional. Actualmente vive en Cagliari, aunque nació en Génova y su familia procede de Cerdeña, elemento mitificado en su obra, aparece casi como un personaje más. Su primera novela reconocida fue "Mentre dorme il pescecane", pero su éxito a nivel internacional le llegó con "Mal de piedras", con una mención en el Premio Junturas 2004 y el Premio Elsa Morente

Miradas: Vattimo-Grúner

Los desafíos de la izquierda

"¿Qué significa ser de izquierda hoy, en Europa, en América Latina, en Italia, en la Argentina...?

Gianni Vattimo: Ser de izquierda –ya con muchísimas referencias internacionales perdidas–, siempre implicó tener una cosmovisión culturalista; mientras que para la derecha siempre ha sido naturalista. Todo el liberalismo, incluso, hasta el racismo, se trata de liberar la sociedad para que cada uno pueda expresar lo que es. Pero, finalmente, la izquierda tiene que corregir los puntos de partida. Si uno nació con mucho dinero se expresa como capitalista, si uno nació como pobrecito, se expresa como pobrecito. Y, para una competencia verdadera se trataría de salir de puntos de partida comparables, algo que no pasa en el naturalismo derechista. Por ejemplo, que la derecha sea racista generalmente, es natural, porque se trata de disfrutar la diferencia. Todo esto es para mí, básicamente, la mentalidad de derecha. La izquierda tiene que corregir situaciones naturales de partida, obviamente, la derecha no tiene problemas de valores, y la izquierda tiene el problema de decidir entre todos el valor de la cultura. Es decir, de oponerse a la exaltación de las diferencias naturales. ¿Por qué no estoy de acuerdo con la derecha? Porque, básicamente, me interesa la relación con el otro; la izquierda siempre es igualitaria en ese sentido, por ejemplo, radicalizando incluso el principio liberal de la competencia, decir “bueno, competimos pero, por favor, deportivamente”. La exaltación de las leyes del mercado es una exaltación naturalista, es decir, hay leyes del mercado porque el mercado funciona así, no nos ponemos a preguntar cómo empezó esta situación. Se toma la economía política como si fuera una ciencia natural, lo que Marx siempre negó. Esas diferencias me parecen un punto de partida."