A propósito de la película 'Séraphine', del director Martin Provost o de "Juana de Arco con pinceles" según Luciano Monteagudo*
Séraphine Louis (1864, Francia) quedó huérfana a los siete años. Vivió con su hermana en la miseria absoluta. Trabajó lavando las ropas y las casas de la clase alta por unas pocas monedas que apenas le alcanzaban para pagar la pensión donde vivía.
Entre todas las casas adonde va, Séraphine, concurre tres veces por semana a la casa de un coleccionista alemán, llamado Wilhelm Uhde, amigo de Braque y de Picasso. Él se encargará de difundir su obra, pero eso será más adelante.
Durante sus primeros 42 años, mientras trabaja duro limpiando las casas, por las noches, en el refugio de su habitacíón, hará lo que mejor sabe hacer: pintar. Pinta devorándose la noche, el tiempo. Sabe que no puede vivir del arte. Sabe que el medio hostil en el que vive, le reclama otros desafíos, más terrenales quizás. Sabe que no tiene mucho tiempo.
Sus pindeles y sus dedos se deslizan sobre maderas y pedazos de trapos viejos. Con la mezcla de tierras y toda clase de productos naturales de los que se prové fabrica sus propias pinturas.
Dirán de su obra que es "naif"; lo cierto es que su inspiración está en la naturaleza que la rodea, no hay en ella influencias de otras corrientes artísticas.
A los cuarenta y dos años, comenzó a pintar: "me lo piden de arriba".
Entre el tiempo de lo cotidiano y el tiempo del arte, mete la cola el tiempo místico y Séraphine, poco a poco, cae en la locura. Le diagnosticarán "psicosis crónica" en el manicomio Clemont y, aún así, continuará pintando. Le llegará la muerte a sus 78 años, el 11 de diciembre de 1942, en el hospital de Villers-sous-Erquery.
Estas son algunas de sus obras
Les grappes de raisin 1930
Fleurs et fruits, 1920
Le Bouquet de feuilles – 1929-1930
Feuilles (1928.1929) 1920
* Aquí podrán leer la crítica de L. Monteagudo Juana de Arco con pinceles.
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