Ciudades y lugares que sólo existen en nuestros ojos ávidos. En nuestras almas inquietas que recogen palabras, aromas, encuentros, paisajes desconocidos.
Hacia estas ciudades voy.
Nos estaremos reencontrando a mi vuelta de ellas.
"-Tú que exploras a tu alrededor y ves los signos, sabrás decirme hacia cuál de esos fututros nos impulsan los vientos propicios.
-Para llegar a esos puertos no sabría trazar la ruta en la carta ni fijar la fecha de arribo. A veces me basta un retazo que se abre justo en medio de un paisaje incongruente, unas luces que afloran en la niebla, el diálogo de dos transeúntes que se encuentran en pleno trajín, para pensar que a partir de ahí juntaré pedazo por pedazo la ciudad perfecta, hecha de fragmentos mezclados con el resto, de instantes separados por intervalos, de señales que uno envía y no sabe quién las recibe. Si te digo que la ciudad a la cual tiende mi viaje es discontinua en el espacio y en el tiempo, a veces rala, a veces densa, no creas que hay que dejar de buscarla. Quizás mientras nosotros hablamos está asomando, esparcida dentro de los confines de tu imperio..."
Hacia estas ciudades voy.
Nos estaremos reencontrando a mi vuelta de ellas.
"-Tú que exploras a tu alrededor y ves los signos, sabrás decirme hacia cuál de esos fututros nos impulsan los vientos propicios.
-Para llegar a esos puertos no sabría trazar la ruta en la carta ni fijar la fecha de arribo. A veces me basta un retazo que se abre justo en medio de un paisaje incongruente, unas luces que afloran en la niebla, el diálogo de dos transeúntes que se encuentran en pleno trajín, para pensar que a partir de ahí juntaré pedazo por pedazo la ciudad perfecta, hecha de fragmentos mezclados con el resto, de instantes separados por intervalos, de señales que uno envía y no sabe quién las recibe. Si te digo que la ciudad a la cual tiende mi viaje es discontinua en el espacio y en el tiempo, a veces rala, a veces densa, no creas que hay que dejar de buscarla. Quizás mientras nosotros hablamos está asomando, esparcida dentro de los confines de tu imperio..."
Así dialogan Marco Polo y Kublain Kan en "Las ciudades invisibles" de Ítalo Calvino, traducido por Aurora Bernárdez. Muy buena compañía para un viaje.
Y la "yapita" en este videito. Hasta la vuelta.
1 comentario:
Bon voyage, Noe. Mandanos noticias cuando llegues a cada puerto, cuando recorras cada pedazo de una ciudad, y que la vida te sonría mientras viajes, siempre. Abrazos.
PD Gracias por Ítalo Calvino, ¡y por la yapa!
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