Corto cuatro jazmines
de la planta que me regaló
mi amigo.
Lleno de agua clara
una vasija de barro que,
muerta de sueño,
sorprendí en la alacena.
Me quedo viendo, encadenado a la fragancia,
la inconcebible explosión
del blanco sobre el verde
flotando, abandonada,
por el diminuto mar
de exacta calma.
Pero no,
al fin descubro un tenue latido
en el velo transparente.
Mis brazos, apoyados en la mesa
en la que escribo,
le transmiten el ritmo
de mi sangre.
Y así entiendo:
Yo también soy recipiente
de barro
lleno de agua destinada a secarse
alguna vez
Mi flor aún se está abriendo
Noviembre
Tu boca me empuja al éxtasis.
Arrojo pétalos
sobre tu noble cabeza.
Caigo en el abismo
igual que la lluvia
atrás de la ventana.
Paseo dos jazmines por tu justa espalda.
Bebes mi esencia.
Muero
como las frágiles flores
que destrozo contra tu cuerpo.
Del libro "Pruebas de fuego" de Pedro Aznar
Abrazándote
abrazándote
la vida me traspasa
estoy entero
Del libro "Dos pasajes a la noche" de Pedro Aznar
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