Un día el mundo se quedó en silencio;
los árboles, arriba eran hondos y majestuosos,
y nosotros sentíamos bajo nuestra piel
el movimiento de la tierra.
los árboles, arriba eran hondos y majestuosos,
y nosotros sentíamos bajo nuestra piel
el movimiento de la tierra.
Tus manos fueron suaves en las mías
y sentí al tiempo la gravedad y la luz
y que vivías en mi corazón.
y sentí al tiempo la gravedad y la luz
y que vivías en mi corazón.
Todo era verdad bajo los árboles,
todo era verdad. Yo comprendía
todas las cosas como se comprende
un fruto en la boca, una luz en las ojos.
todo era verdad. Yo comprendía
todas las cosas como se comprende
un fruto en la boca, una luz en las ojos.
"Existían tus manos" poema de Antonio Gamoneda
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