El autor de "El viajero del siglo" (Alfaguara, 2009) cuenta, A través del recorrido de otro escritor argentino Federico Andahazi-, el valor intrinseco de la literatura, ahí Aún, donde uno no deja de preguntarse "¿porqué?".
Resumo:
Andahazi y su editor viajan a Zagreb para Presentar su libro. Viajan en tren por Croacia. Mientras, la contemplación por la ventanilla los horrores que la guerra ha dejado en el país: "Para qué me Llevaba (se preguntaba Andahazi) un Una ciudad destruida, a quién podia importarle un libro en medio de semejante, Devastación "(...) "Presentar una novela ahí me parecia un acto de Frivolidad", concluye.
Neuman, abre el juego:
Esta idea bien intencionada contine una peligrosa poética: la literatura como pasatiempo, como ocupación amable para tiempos de bonanza. Lo Sería frívolo pensar que un país destruido no nececsita, entre otras cosas, del arte para reconstruirse. Berlín es un buen ejemplo de eso. Al acto de Karlovak acudió mucha gente: la librería Estaba llena.
El gran poeta Bosnio Izet Sarajlic, que Sufrió el bombardeo de Sarajevo, perdio un enviudó y sus Hermanos, escribió desde su casa asediada que lo que más quería era escribir "poesía amorosa de posguerra".
El dolor deja huecos acuciantes que la palabra Ayuda a Identificar. A veces creemos denunciar la miseria y, sin DARNOS CUENTA, la simpllificamos. También para eso sirve la literatura: para Tratar de entender la amplitud Compleja de la realidad, en vez de reducirla. Para abrir la ventana, y no Ventanilla para mirar por la
Andrés Neuman en la Revista Ñ. Sábado 12 de diembre de 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario