"La fecha de aparición de este trabajo es producto del azar aunque confieso que no me parece mal la coincidencia. Al fin y al cabo, visto desde la distancia, el 23 de febrero de 1981 fue el día en que el franquismo perdió su última batalla y nada mejor que celebrarlo con vosotros descorchando este manojo de canciones que, con versos del poeta de Orihuela, he preparado en la esperanza de que os conmuevan como a mí”, escribe Joan Manuel Serrat. El texto completo puede leerse en su pagina web (http://www.jmserrat.com/serrat/index2.html).
España festeja este año el centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández y, en el marco de estas celebraciones, Joan Manuel Serrat lanzará el próximo 23 de febrero un nuevo CD, Hijo de la luz y de la sombra, en el que casi cuatro décadas después de su ya célebre disco de 1972, aquel que traía “Para la libertad”, “Elegía” y “Nanas de la cebolla”, ha vuelto a musicalizar otros trece poemas de Hernández, desde textos de juventud como “La palmera levantina” hasta otros más famosos como “Tus cartas son un vino” o “Canción del esposo soldado”.
Para recordar su poesía:
Cerca del agua te quiero llevar
porque tu arrullo trascienda del mar.
Cerca del agua te quiero tener
porque te aliente su vívido ser.
Cerca del agua te quiero sentir
porque la espuma te enseñe a reír.
Cerca del agua te quiero, mujer,
ver, abarcar, fecundar, conocer.
Cerca del agua perdida del mar
que no se puede perder ni encontrar.
Fragmentos del poema "Hijo de la sombra"
La sombra pide, exige seres que se entrelacen,
besos que la constelen de relámpagos largos,
bocas embravecidas, batidas, que atenacen,
arrullos que hagan música de sus mudos letargos.
Pide que nos echemos tú y yo sobre la manta,
tú y yo sobre la luna, tú y yo sobre la vida.
Pide que tú y yo ardamos fundiendo en la garganta,
con todo el firmamento, la tierra estremecida
Fragmentos del poema de "Hijo de la luz y la sombra"
Caudalosa mujer: en tu vientre me entierro.
Tu caudaloso vientre será mi sepultura.
Si quemaran mis huesos con la llama del hierro,
verían que grabada llevo allí tu figura.
(...)
No te quiero en ti sola: te quiero en tu ascendencia
y en cuanto de tu vientre descenderá mañana.
Porque la especie humana me han dado por herencia,
la familia del hijo será la especie humana.
Con el amor a cuestas, dormidos y despiertos,
seguiremos besándonos en el hijo profundo.
Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
se besan los primeros pobladores del mundo.
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