-Sí y no sólo para los chicos. Me acuerdo de un decreto del año '78, durante la dictadura militar, que prohibía libros por "exceso de fantasía" y que alcanzó a una obra de Laura Devetach y a otra de Elsa Borneman. Tan absurdo no era para los fines que perseguía el proceso, porque me parece que la fantasía es vital. Es lo que te permite visualizar o imaginar que las cosas pueden ser distintas, que el lugar en el que estás o la cisrcunstancia que te toca pueden ser modificados. Que aquello que quizás es horrible o injusto, puede dejar de serlo si sabés por qué ocurre. La literatura abre puertas al conocimiento: de uno mismo, del entorno, del mundo... Evoca. moviliza, entretiene, desafía..."
Fragmento de la entrevista a la escritora Silvia Schujer
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