sábado, 11 de abril de 2009

LA EXTRAÑA

“(…) El significado de las palabras no es sólo lo que significan, sino el ámbito que iluminan… Uno se pone en marcha en la oscuridad iluminada por unas pocas palabras… (…)”


“ ‘No, esto es realmente un asunto privado –se reafirmó-. Tal vez la sociedad pueda desaprobar las circunstancias, pero el hecho en sí no le incumbe a nadie’. Miró alrededor con aire satisfecho. Las parejas seguían cogidas de la mano y sonriendo, con los hombros pegados. ‘Eso no es más que cháchara –pensó Askenasi- , no es más que la superficie. Durante cuarenta y ocho años yo también me he quedado en la superficie. Creía que con besos, amor y abrazos se podía conseguir algo. Pero no es así, no se puede… -suspiró pesaroso- ¿Habrá mucha gente que llegue hasta el punto al que he llegado yo?- se preguntó intranquilo-. Seguramente no; las personas se conforman con lo superficial, con los símbolos convencionales que pueden intercambiar con el otro sin correr peligro, con un apequeña muestra, y luego siguen sedientos toda la vida… Es cuestión de temperamento’, pensó, (…)”

“ ‘¿Qué es lo que custodias?- le preguntó sin mover los labios-. ¿El orden?... ¿Es que no te han dicho que el orden sólo es un aspecto de las cosas? El orden, la conexión, es una de las orillas, tal vez el día; pero ¿qué hacer con la otra, con la noche, que forma parte de ella y sin la que no hay vida y donde se descompone todo lo que el día ha ensamblado y construido?’ (…)”


Sándor Márai
LA EXTRAÑA

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