domingo, 26 de abril de 2009

Tonada del viejo amor




Ya nunca te he de olvidar...
En la arena me escribías.
El viento lo fue borrando,
y estoy más solo mirando el mar.

¡Qué lindo cuando una vez,
bajo el sol del mediodía,
se abrió tu boca en un beso
como un damasco lleno de miel!

Quisiera volverte a ver
sonreír frente a la espuma,
tu pelo suelto en el viento
como un torrente de trigo y luz.

Yo sé que no vuelve más
el verano en que me amabas,
que es ancho y negro el olvido,
y entra el otoño en mi corazón.

Herida la de tu boca
que lastima sin dolor...
No tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol.

Eduardo Falú

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