Tus razones, allá tan altas, y las de mi deseo,
las del deseo, ¿dónde dije que se escribían?"
"Quisiera clavarme el vidrio que nos separa
y desgarrarme,
aunque más no fuera sólo por hacer algo más sensato
que estar aquí
sin correr a buscarte."
"No te caigas,
no eres tú,
ni haciendo toda la fuerza del mundo,
no te caigas en la vertigonosa belleza de
otros abismos
¿Extrañas?"
"Epílogo
Abro mi bolso en la estación de autobuses y veo
la lluvia emborrachando los árboles hasta el descuido,
sus bolsillos hambrientos (los de él),
un pez azul guiñando el ojo
y convirtiéndose en ave,
los árboles en sus bolsillos,
la lluvia guiñando el ojo,
un pez azul, borracho y hambriento hasta el descuido,
y a mí misma
convirtiéndome en ave.
Fragmentos del último libro de Luis María Pescetti
las del deseo, ¿dónde dije que se escribían?"
"Quisiera clavarme el vidrio que nos separa
y desgarrarme,
aunque más no fuera sólo por hacer algo más sensato
que estar aquí
sin correr a buscarte."
"No te caigas,
no eres tú,
ni haciendo toda la fuerza del mundo,
no te caigas en la vertigonosa belleza de
otros abismos
¿Extrañas?"
"Epílogo
Abro mi bolso en la estación de autobuses y veo
la lluvia emborrachando los árboles hasta el descuido,
sus bolsillos hambrientos (los de él),
un pez azul guiñando el ojo
y convirtiéndose en ave,
los árboles en sus bolsillos,
la lluvia guiñando el ojo,
un pez azul, borracho y hambriento hasta el descuido,
y a mí misma
convirtiéndome en ave.
Fragmentos del último libro de Luis María Pescetti
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