martes, 9 de octubre de 2012

"En sólo un día emigran las personas de un año", Erri De Luca

"La vida de un hombre dura lo mismo que la vida de tres caballos; tú ya has enterrado a tu primero"

"Cada vez que te oigo contar algo, tu precisión es lo que más me gusta. Te pregunto en qué piensas y levantas una isla o un pozo, y encima le pones un canal. Verte desconcertado me conmueve. Me parece que estamos ante una izvestia de amor, o mejor, una revelación; y rectifica como su abuela rusa, capaz de mezclar varios idiomas en una sola frase."

"Hay muchas variedades de bocas, me dice; hay bocas canalones que desparraman la saliva y las palabras, y bocas marsupiales que siempre llevan dentro una cría dormida; también bocas de sobre, pero uno cerrado y jamás enviado."

"Eso es lo que deben hacer todos los libros; deben llevar al hombre y no dejar que él los lleve a ellos; descargarle el día de la espalda, no añadir sus gramos de papel al peso de las vértebras."

"Me obsesiona una superstición: quien no tiene sombra no tiene pasado."


Fragmentos de la novela "Tres Caballos" (*) de Erri De Luca, Ed Akal.

(*) El título alude a una típica canción del centro de Italia: "Tres años un seto,/ tres setos un perro,/ tres perros un caballo,/ tres caballos un hombre.

El amor en la era de la soledad o "Nadie se salva solo"






"Bastaba con mirar atentamente a Gaetano para darse cuenta de que no era adecuado para ella, de que no eran adecuados. No estaban a la altura de la empresa que pretendían realizar. Dos inconstantes repletos de agujeros emocionales. Se habían husmeado a base de bien en el transcurso de unas cuantas horas. Convencidos de poder rellenar cada hueco con la mera fuerza del pensamiento. El germen de la destrucción  se albergaba ya en aquella exaltación. Dos tímidos empedrados de desquites que peloteaban con una sola mitomanía, la de su unión. Un mortal ejemplo de pareja contemporánea".




Fragmento de la novela "Nadie se salva solo" de Margaret Mazzantini, Ed. Alfaguara (2012).
La autora nació en Dublín en 1961, actualmente vive en Roma (Italia). La novela ganó los Premios Rapallo-Carige, Strega, Prix Littéraire Cavour, Cittá Di Bari.






sábado, 6 de octubre de 2012

1964

I
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una luna
que no sea espejo del pasado,

cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.

Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente

para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.

II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta

y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna

y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.

Sólo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

Nada de azar


martes, 2 de octubre de 2012

Amore


"Amor, creo necesario nombrarte, más exactamente
pronunciar tu definición, tu cometido, puesto que de
ti ignoro nombre y existencia. Así pues, yo te nombro
un dedo fónico te señala en el centro de la noche. No
rememoro tiempos en que no fuera de noche, de manera
que no he tenido jamás forma distinta para señalarte
que no fuera este distraído y atento juego de una
mano que no diviso. Esto, a ti que no puedes escuchar,
quisiera decirte: tengo que marcharme, al punto, en
esta noche que en todo instante está igualmente lejos
del alba y del ocaso; camino y hablo quedamente, rechina
bajo mis pasos la madera del pórtico, escucho el
fragor del bosque. Bajo la luminiscencia de nubes bajas,
de nieblas, intento escribir una carta que no irá a
parar a ti jamás. Sé que tú duermes en algún lugar de
la enorme casa; y escucho cómo la casa, gimiendo, rechinando,
continuamente crece, se acrecienta de pináculos,
brotan balcones, se disparan cúpulas, los aposentos
paren aposentos, pasillos, nuevos aposentos.


Tú, durmiente, eres conducida ignara de aposento en
aposento, y con un suspiro leve y profundo caes en lechos
cada vez más imposibles de localizar. A quien te
conduce, sin desfigurar la delicada piel de tus sueños,
le eres cara, te ama, si bien su forma sea estrafalaria e
inquietante; y a semejantes servidores tuyos dejaré yo
esta carta, arrojada al pórtico, confiando en que la divisen,
y te la entreguen. Oigo esos pasos suyos por los
inestables pavimentos de la casa que crece; y si bien jamás
haya llegado a verlos, jamás haya partido el pan
con ellos –tan respetuosos y discretos–, jamás haya jugado
a los dados en la noche, con ociosa y cómplice
paciencia, yo creo conocerlos, a esos peludos perros
de grandes botas, con manos ágiles de gatos, a las serviciales
serpientes; pero esto también sé yo, que ni siquiera
ellos saben a qué aposento has sido destinada,
y su cometido únicamente es el de vigilar tu reposo, el
de proteger tus sueños, amortiguar tu propio aliento
contra los visillos, y eso hacen yaciendo al azar en un
pasillo, recorriendo una galería, una balconada, fingiendo
haber oído llamadas, tu voz, en verdad sólo
para confirmar su mansa y obstinada obediencia; ya
que, aunque tú, en la amargura de un sueño repentinamente
intolerable, pretendieras llamarme, llamarlos,
llamar, nadie intentaría ni tan siquiera recorrer el
laberinto que te excluye y te defiende. No diversamente,
amor, te amo yo; sabiéndote «aquí», pero encerrada
en un «aquí» que a cada instante se alambica
y expande, y que, si no huyo, no tardará en volverse
tan grande como el mundo. Reconozco tu benévola
ironía en esta invención de un «aquí» que nos consiente
la convivencia menuda y la separación total..."


"Amore"  de Giorgio Mnganelli, Editorial Siruela
(Milán, 15 de noviembre de 1922 - Roma, 28 de mayo de 1990)

Viajar




 
 
 
 
Dicono che quando uno viaggia l'anima viene dopo.
Sarà che la vita è sempre un viaggio






* En la imgen, "Taormina, Sicilia, Italia"