domingo, 29 de mayo de 2011

Dos preguntas a Leonora Carrington


-¿Cuál es el colmo de la infelicidad?
–Estar con gente aburrida y sin posibilidades de escapar.


¿Cuál es la revolución que deseas?
–La revolución del hombre contra sí mismo. Esto no es claro. El individuo que hace la revolución contra sí mismo...


Cartas entre "Detlef y Felizitas"

Walter Benjamín a Gretel Karplus

"¿Por qué no me habrá escrito? Mis días pasados hubieran resultado mejores, este que comienza, no tan de consuelo. Y ahora, en lugar de decirle algo más amable, la avergüenzo una última vez al confesarle que el consuelo no me llega lamentablemente de un mensaje de usted, que he estado esperando hasta hoy en vano. De dónde viene el consuelo no será tan difícil de adivinar si se sumerge usted en la descripción del espacio que pronto haré surgir ante sus ojos, y si no olvida algunos artificios a los que, por momentos, recurrí ya hace años, aquellos mismos que había prometido tomar alguna vez con usted." (frag.)


Gretel Karplus a Walter Benjamín

"Bueno, ahora quisiera felicitarte por tu cumpleaños, y se me ocurrió que podríamos mantener el “tú” en las cartas privadas, si es que estás de acuerdo. Me hubiera gustado decir también siempre en las oficiales, pero no sé si realmente es lo que queremos. Sea como sea, a mí me encanta que haya un rastro de secreto en la correspondencia, y creo que el escondite de nuestros nombres, casi reservados para nosotros dos, es maravilloso. Claro que no quise ofenderte proponiéndote aquello de la adopción, en el fondo solo quise decir que conmigo puedes sentirte un poco como en casa y saber siempre adónde perteneces. Por lo demás, tienes toda la razón, yo soy solo una niña pequeña y tengo mucha necesidad de un adulto, me pone enormemente feliz que quieras asumir ese rol para mí. Jamás me hubiera atrevido a pedírtelo, por temor a que pudieras juzgarlo como algo de demasiada confianza. Pero tu pequeña Felizitas se siente muy protegida por ti y te da mil gracias por este ramillete tan singular." (frag.)


miércoles, 25 de mayo de 2011

"No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,

...
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

"No te detengas", poema de Walt Whitman (1819 - 1892)

"Somos los hombres huecos...

...
Somos los hombres rellenos
Inclinados unos con otros
La cabeza llena de paja. ¡Pobres!
Nuestras voces secas, cuando
Susurramos juntos
Son suaves y sin sentido
Como el viento sobre el pasto seco
O pies de ratas sobre vidrio roto
En nuestra bodega seca
Figura sin forma, sombra sin color,
Fuerza paralizada, gesto sin movimiento;
Aquellos que han cruzado
con mirada decidida, al otro reino, al de la muerte
Recuérdennos, -si es que lo hacen- no como perdidas
Violentas almas, sino sólo
Como los hombres huecos
Los hombres rellenos.


(...)


La vida es muy larga
Entre el deseo
Y el espasmo
Entre la potencia
Y la existencia
Entre la esencia
Y el descenso
La sombra cae
Pues ligero es el reino
Pues ligero es
La vida es
Pues ligera es la
Así es como el mundo acaba
Así es como el mundo acaba
Así es como el mundo acaba
No con una explosión sino con un gemido."



Los hombres huecos (fragmento) del poeta T. S. Elliot (1888-1965)

"¿Qué nos faltó...

....para que la utopía venciera a la realidad? ¿Qué derrotó a la utopía? ¿Por qué, con la suficiencia pedante de los conversos, muchos de los que estuvieron de nuestro lado, en los días de mayo, traicionan la utopía?¿Escribo de causas o escribo de efectos? ¿Escribo de efectos y no describo las causas? ¿Escribo de causas y no describo los efectos?

Escribo la historia de una carencia, no la carencia de una historia."


Capítulo XII, La Revolución es un sueño eterno, de Andrés Rivera.

lunes, 23 de mayo de 2011

Hace apenas días murió mi padre,

hace apenas tanto.

Cayó sin peso,
como los párpados al llegar
la noche o una hoja
cuando el viento no arranca, acuna.

Hoy no es como otras lluvias
hoy llueve por vez primera
sobre el mármol de su tumba.

Bajo cada lluvia
podría ser yo quien yace, ahora lo sé,
ahora que he muerto en otro.


"Hace apenas días", poema de Hugo Mujica

viernes, 20 de mayo de 2011

"¿Cuál es el motivo...

para que tu recuerdo sea como una puñalada
cuál es el motivo de que estando tan lejos oiga tu voz
y de un salto me levante?

Arrodillado contemplo tus manos
quisiera acariciarlas
pero no puedo
estás tras un cristal."

Pienso en tí (fragmento)
De "Últimos poemas 1959-1960-1961"

Tú eres mi ebriedad
ni me desembriago
ni puedo desembriagarme
ni quiero desembriagarme
me pesa la cabeza
tengo las rodillas destrozadas
y todo cubierto de barro
avanzo a trompicones hacia tu luz que se enciende y se apaga.

Tú eres mi ebriedad
De "Últimos poemas 1959-1960-1961"


Cien años han pasado sin ver tu cara
enlazar tu cintura
detenerme en tus ojos
preguntar a tu clarividencia
acercarme al calor de tu vientre.

Hace cien años que en una ciudad
una mujer me espera.

Estábamos en la misma rama, en la misma rama.
Caímos de la misma rama, nos separamos.
Cien años nos separan
cien años de camino.

Hace cien años que en la penumbra
corro detrás de ella.


NostalgiaDe "Últimos poemas 1959-1960-1961"



Poemas de Nazim Hikmet. Poeta, dramaturgo y novelista turco nacido en 1902. Entre sus obras están: "Y van 3" en 1930, "Telegrama nocturno" en 1932, y "La ciudad que perdió la voz" en 1933. En los años siguientes continuó con la lucha antifascista, publicó "La epopeya de Sheik Bedreddin" en 1936 y a partir de 1940 cumplió una larga condena hasta 1950, cuando fue liberado. En 1952 se radicó definitivamente en Moscú, y en 1957 publicó su más famosa obra "Duro oficio el exilio". Falleció en Moscú en 1963.

En esta tarde...

de sol escondido
tomo al azar de una mesa de librería
este bello libro
almorzará conmigo
remontaremos vuelo
bocado tras bocado
página a página
pero en un momento
no sabré cómo seguir
será cuando me encuentre con Abraham, llegado de Polonia en 1924
o con "Un Huesito"
o con "Para mi hermano, que cumple veinte años"

y sigo sin saber cómo seguir
porque miro a los demás comensales y pienso
en cuál cárcel habrán estado -o están- ellos
ahora

y sigo sin saber cómo seguir
con las demás historias sencillas y ondas que me esperan
mientras me aferro a una poesía de Nazim Hikmer
y no escondo mi emoción en lágrimas.


Lectura recomendada para una lectura en otoño, valga la redundancia.
Para más información clickear aquí

martes, 17 de mayo de 2011

Mi sufrimiento doblado...

Y también no estar triste,
no crecer con las fuentes, no doblarse en los sauces.
Ancha es la luz para los ojos, y el dolor danza
en los pechos que aceptan sin flaqueza sus fríos escarpines.
Y no decirte ni lejana ni perdida
para no darle razón al mar que te retiene.
Y elogiarte en la más perfecta soledad
a la hora en que tu nombre es la primera lumbre en mi ventana.


Benditos sean mis ojos
porque tan alto miraron.

Julio Cortázar en Papeles Inesperados.

viernes, 13 de mayo de 2011

Mañanas de Floresta a Isidro Casanova

Había que tener siempre a mano -en la cartera o en la mochila- un libro o el viejo "walkman". De lo contrario, bastaba una buena idea -que fuera la tesis a confirmar o no, durante el viaje- mientras uno colgaba sus ojos en la ventanilla del colectivo  96.

En esos viajes interminables aprendí a tener conciencia del tiempo. De su transcurrir, de su dilatamiento, de sus vueltas y revueltas, de sus desvíos y de su llegada a término. Y de su dejarme a pie, a veces.

Desde Floresta a Isidro Casanova había mucho para leer, para escuchar y para conversar. Fueron lecturas completas las de "Rayuela" de J. Cortazar,  "La Traición de Rita Hayworth" de M. Puig,  "Lo Imborrable" de J.J. Saer, "Amalia" de J. Mármol o, entre tantas, la de "Facundo" de D.F. Sarmiento y "Operación Masacre" de R. Walsh, que me acompañaron en esas mañanas idealistas y exclusivas para mí.

Cuando la música se sentaba en el asiento de al lado,  se avenían S. Rodriguez, E. Aute, P. Milanés, Serrat, Violeta Parra, Mercedes Sosa, las bandas sonoras de las películas de K. Kieslowski  o de "La lección de piano" de  Jane Campion, los tres tenores,  o todo Paco Ibañez, recuperado de unos discos de pasta que vinieron desde Quilmes, después de permanecer años bajo tierra.

Cuatro o cinco cosas aprendí del vivir, de la docencia y del pueblo. De los que esperan, de los que se embarran cada mañana hasta el cuello, de los que enfrentan la exclusión, de los que padecieron -como Jesús en el madero- la década infame de los '90.

Todas esas enseñanazas que llevo grabadas, se me agolparon esta mañana en la garganta. Todas fueron un nudo.   

Por cuestiones del azar, una canción me devolvió a aquella escuela de tres aulas, en el final final del Hospital, donde algunas mañanas al caminar su pasillo comprendí que Dios no atendía detrás de esa puerta amarilla de la que colgaba el cartelito "Laboratorio. Atención de 8 a 12hs", mientras algunos hombres dormían apoltronados en los bancos, niños lloraban de fiebre, hambre o un dolor inimaginable y madres amamantaban o improvisaban cambios de pañales por donde podían y las dejaban.

Y sin embargo, la utopía renacía cada mañana en ese mismo viaje, en esas mismas avenidas, en esa misma ruta tres y en esta canción.


Compras en la Feria (3)

II


Hay maldadResidamos al borde de la noche
Hay corrupción y mentira
Residamos al borde de la noche
Hay mezquindad, malicia, engaño, alevosía
Residamos a la vera del día
Hay pobreza y dolor
Residamos a la vera del día


Residamos la noche a la vera de la noche
Residamos la noche en el seno urgente del día


Hay mal, hay fraude, hay sombra
Moremos
en el estallido del día
Moremos
en el seno de la noche
en el fétido seno del mal contra el mal

Compras en la Feria (2)

Cambio de Estación
los ruidos de la calle
tan diversos
la
agitación del follaje
de los árboles cercanos
el ir y venir de las
hormigas
el fin del verano
ponen un orden nuevo
en el peldaño
el
estribo
en la cabellera de la noche

un balcón
entreabierto
la luz crece como
un río
rodando por escaleras
es el primer paso del sueño
en la fogata
lejana

un hombre camina solo
se detiene a ratos
observa
escucha
una risa
la fiesta está por comenzar
y baila finalmente
con la mujer
que lo llamaba en sueños
en la luz y el aire
y en la noche
despierta


El Mar
hay tantas cosas en el mar
por ejemplo
ese verde pez
bola con mandíbula
y está la arena
(tus brazos)
el deshielo
que hace
que los ríos lleven
risotadas alaridos de espanto
las decepciones
las
esperanzas de la gente
muy
lejos del mar
adonde se llega descalzo

con hambre
con
sed
prisionero de la aurora
del amor ciego
de un nombre
de una
ventura
del perdón
muy lejos del mar
hay un pequeño pueblo

el
mar la gente son así

Compras en la Feria

Mes de mayo

Escribo, escribo, escribo
y no conduzco a nada, a nadie.
Las palabras se espantan de mí
como palomas, sordamente crepitan,
arraigan en su terrón oscuro,
se prevalecen con escrúpulo fino
del innegable escándalo:
por sobre la imprecisa escrita sombra
me importa mas amarte.

 

miércoles, 4 de mayo de 2011

Te tengo, decía, donde no estás

La espera es un encantamiento. Recibí la orden de no moverme,
y lo siento: estoy inerme bajo el cristal blindado del ojo
que me ha mirado sin verme. Haría falta un diamante de punta contra el vidrio
para cortar el embrujo, una insición por facetas, la dureza
del iridio. Te tengo, decía, donde no estás y yo me he ido
porque todo lo ha volado un vendaval
que roba el sitio: el sentimiento. Raro lugar
de soledad en pedazos que este dolor atesora y es roja, y es tanto,
que me corre del encanto. Caigo hacia lo real y sé que si estuvieras
caería más hacia el centro. Caigo hacia adentro. Espero porque es extraño
estar donde nadie queda mientras la hora suena y su textura se cumple
en la promesa de la seda: voy a sentir por retazos. Aunque sea
de una pieza sin suturas… Tu piel era pálida y era esa cosa peculiar
de la nube pasajera que sin la lluvia la presagia en otro lado,
y lo mismo nos refresca: esta noche mi espera dura hasta que amanezca.
Va a escapar, esta cantado en la voz espaciosa del presente
que ya ha pasado y… sí, echo lazos allí. Era cálida, decía, con el calor
como esposa aliada contra tu flanco, mal avenida al espacio
que cabía a los demás. Al irte, me quedo en el blanco sin el muro
de tus brazos y sin el gesto reacio, más duro, del corazón reticente.
No hay razón para odiarte que no sea la verdad: para el amor no hay resquicio
que incluya a dos, y en vicio de la voz, a esta hora,
sólo urde lo perdido. Soy el presente, fatal,
que demora la ocurrencia y que anticipa
el sentido.

***

Sólo sé salir de mí para buscarte entre rocas de lava,
líquenes secos y briznas mojadas de saliva o lágrimas. Tengo
los ojos llenos de invocarte cuando las estrellas frías queman,
en el techo de la noche, tenues agujeros en lo alto. Sé
que vendrás, que alguna vez
esa montaña fue volcánica.


Mirta Rosenberg, en Teoría Sentimental (1994)
tomado de El árbol de las palabras, Obra reunida 1984-2006/ Bajo la Luna

martes, 3 de mayo de 2011

El ojo no es como

otras partes del cuerpo,
el universo corpóreo y el
de un rostro y su ritmo.
No le interesa el sonido, la
humedad, el aire movido por
vapores materiales. Mira la luz
y la soledad murió.

"A la perinola", poema de El emperrado corazón amora de Juan Gelman.

lunes, 2 de mayo de 2011

Nápoles

Sábato por dos

El emperrado corazón amora

Una palabra cualquiera
no es una palabra cualquiera,
no se parece al cuerpo que la dijo,
no tiene manos, ni pies, ni amora
como un mortal. Lo que nombra 
tiene mares que llevan lejos.
A su casa todos pueden entrar
y su tiempo no cesa
en cada boca. Espera
viajes por el agua oscura que
lleva tu nombre.

Divergencias en El emperrado corazón amora, de Juan Gelman, Seix Barral, 2011