miércoles, 30 de septiembre de 2009

Mientras no viajo (2)


El Encuentro

Por Katherine Mansfield



Empezamos a hablar­

Nos miramos; dejamos de mirarnos

Las lágrimas subían a mis ojos

Pero no podía llorar

Deseaba tomar tu mano

Pero mi mano temblaba.

No dejabas de contar los días que faltaban

para nuestro próximo encuentro

Pero los dos sentíamos en el corazón

que nos separábamos para siempre.

El tictac del relojito llenaba la habitación en calma­

Escucha, dije, es tan fuerte

Como el galope de un caballo en un camino solitario

Así de fuerte - un caballo galopando en la noche.

Me hiciste callar en tus brazos­

Pero el sonido del reloj ahogó el latido de nuestros corazones.

Dijiste `No puedo irme: todo lo que vive de mí

Está aquí para siempre'.

Después te fuiste.

El mundo cambió. El ruido del reloj se hizo más débil

Se fue perdiendo –se tornó minúsculo-

Susurré en la oscuridad: “Moriré si se detiene”.





* La imagen es de Cartier-Bresson

Mientras no viajo

Miré el río y reflejó mi rostro,

oí el viento y reconocí mi voz,

toqué el rocío y palpé mi piel,

aspiré el olor a tierra mojada y presentí mi origen.

Uní mis sensaciones con el pensamiento

y me desligué de la naturaleza.



Calla en el día,

oye en la noche

y medita en el atardecer.

Verás el mundo,

oirás el silencio

y comprenderás tu participación en el universo



Llueve, como si el ritmo fuera mas

importante que las gotas.




El autor del poema es Osman Einse (1931). Poeta entrerriano.
Colaborador de los diarios "Pregón" y "Debate" de Gualeguay; "El Diario" de Paraná; "El Día" de Gualeguaychú; y "Concordia" de Concordia. Pertenece a la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) filia Entre Rios. Reside actualmente en Gualeguay.


martes, 29 de septiembre de 2009

Otro 'impasse' en el viaje


Miro un árbol.


Tú miras lejos cualquier cosa.

Pero yo sé que si no mirara este árbol

tú lo mirarías por mí

y tú sabes que si no miraras lo que miras

yo lo miraría por ti.





Ya no nos basta

mirar cada uno con el otro.

Hemos logrado

que si uno de los dos falta,

el otro mire

lo que uno tendría que mirar.



Sólo necesitamos ahora

fundar una mirada que mire por los dos

lo que ambos deberíamos mirar

cuando no estemos ya en ninguna parte.


Roberto Juarroz (1925-1995)


Acerca de la imagen:
Es  "la Casa Mínima" (o más angosta) que se encuentra en el Pasaje San Lorenzo 380, en el barrio de San Telmo. Lleva escrita en sus paredes una peculiar historia de negros esclavos y sus vivencias en el Río de la Plata.

*Según la leyenda popular, esta vivienda perteneció a un esclavo a quien le fueron devueltos sus derechos con la abolición de la esclavitud, pero al ser solamente un «liberto» le correspondió una parcela pequeña.
*El arquitecto José María Peña, director del Museo de la Ciudad, tiene una versión diferente. Dice que entre los años 1860 y 1872, Pedro Beare, levantó un Plano Catastro de la Ciudad, el cual no sólo ilustra sobre el nombre de los propietarios de los distintos terrenos, sino que también muestra la dimensión de los solares y las construcciones levantadas en ellos. En la parte correspondiente a la cortada de San Lorenzo, aparece la señora Magdalena Buthner, como propietaria de la parcela señalada en el plano con el nº 111, con una extensión de 16 metros de frente por 17 de fondo. Es en este terreno donde actualmente se halla la Casa Mínima. A partir de estos datos, Peña tiende a pensar que el problema del esclavo «liberto» se resolvió con la concesión por parte de los propietarios de una parcela reducida de sus terrenos a su antiguo sirviente. Según esta interpretación, la Casa Mínima nunca habría sido independiente, sino sería parte de una propiedad mayor.

*Según la revista Buenos Aires nos cuenta, «en general estas casas de reducidas proporciones eran para los esclavos "libertos" a quienes sus antiguos dueños les asignaban, dentro de su propiedad, un espacio reducido para que levantaran sus viviendas de hombres libres». Pero, cuando los «libertos» fallecían, la propiedad volvía a sus dueños originales

domingo, 27 de septiembre de 2009

Río de lágrimas

Hay tres millas al río
que me llevaría lejos,
Y dos millas a la calle polvorienta,
en la que hoy te vi.

Hay cuatro millas a mi solitaria habitación
Donde ocultaré mi rostro,
Y cerca de media milla al bar del centro
al que corrí para mi deshonra.

¿Señor, cuánto tiempo he de seguir corriendo?

¿Siete horas, siete días o siete años?
Todo lo que sé, es que desde que te has ido
siento como que me estoy ahogando en un río,
me ahogo en un río de lágrimas.

Me estoy ahogando.
Dentro de tres días, dejare esta ciudad
desapareciendo sin dejar rastro.
Y de aquí a un año, me asentaré,
Donde nadie conozca mi cara.

Ojalá pudiera abrazarte
una vez mas para aliviar el dolor,
Pero mi tiempo se acaba y yo me voy con el,
me voy otra vez, otra vez.

Todavía me encuentro pensando,
que un día volveré,
y tú me salvarás de ahogarme,
me ahogo en un río de lágrimas.

Me estoy ahogando.
Me siento como si me ahogase,
ahogándome en el río.

¿Señor, cuanto tiempo mas debo pasar?

Ahogándome en un río,
ahogándome en un río de lágrimas


Eric Clapton

Los ojos hablan







"Puede cambiar de todo, pero hay algo de lo que no puede cambiar. De Pasión"






En la escritura, como en el cine, nos desvela el cómo contar una historia, el qué permanece siempre en
segundo plano porque, desde que el mundo es mundo y el hombre lo habita, no hacemos más que contar
sobre el Amor, la Vida y la Muerte. Nada nos preocupa más.
'En el secreto de sus ojos', Campanella además de ofrecer ajustadas y delicadas actuaciones, una fotografía
impecable y una fiel reconstrucción de época, nos propone una invitación. Que no llega sino al final del 
cuento. Que no es mirar por sobre el hombro de Benjamín Espósito. Que no es la mera reconstrucción de un
crimen. Que tampoco es simplemente preguntarse porqué. Es atreverse a abrir la puerta que lleva al pasado.
Después, atreverse a vivir el resto de la vida.


jueves, 24 de septiembre de 2009

Más Paraná



Mi pequeño amor                                                          
todo vive en ti
y la tierra es en tu cuerpo
fruta madura.


Me viene de ti
con tu aliento todo el misterio
que enciende la vida
y vuelve mi sangre
ternura y pasión.


Mi pequeño amor
es un río azul
es como una flor
que abre su corola en mis manos


Todo vive en ti
el junco y la estrella que muere
y en tus ojos negros
la noche siembra su eternidad.


Y el Paraná te dio su luz
el Litoral su ensoñación
y en la magnolia de tu piel
una isla de sol.


Yo te siento latir adentro de mi ser
como aquellas cosas
que siempre vuelven a florecer.

 
Por Ramón Ayala

miércoles, 23 de septiembre de 2009

De viaje por la música

Los viajes, también, se definen por su música.

La música evoca una armonía, una cadencia, un ritmo, un sonido.

Esa música nos va marcando el territorio de aquello que nos Pertenece Verdaderamente del viaje.

Esa música nos delimitación quienes fuimos, quienes somos y quienes seremos antes, Durante y Después del viaje.

Esa música nos habla de un tiempo que es el tiempo de la infancia. Dice Juan José Saer Respecto al: "Lengua, sensación, afecto, emociones, Pulsiones, sexualidad: de eso está hecha la patria de los hombres, a la que quieren volver Continuamente ya que la Llevan consigo donde quiera que vayan." La patria de la infancia es la patria de la escritura. Entonces, la música que nos habla del tiempo de la infancia no es más que ese tiempo que nos vuelve con el viaje y descorre el velo de aquello que buscamos al viajar (al escribir).

Esa música altera los latidos del corazón y el parpadeo habitual de nuestros ojos, esa música nos define, nos REDIME. Esa música que nos habla de un nosotros ancestrales. Esa música que nos encuentra mirando un punto fijo, en blanco, preguntándonos, ¿por qué? ... ¿Y porqué no? ...
































































martes, 22 de septiembre de 2009

De partidas también se alimentan los viajes


Partir es un eslabón del viajar.

Suponemos que es el enlace final. Pero sólo es una suposición.

Los viajes se DeSean, se sienten. Después, se los piensa, se los interiorización. El paso de las horas con, y del tiempo, se los señaliza diagrama, y se los vuelve a diagramar. ¿Adónde vamos primero? ¿Qué ruta tomamos? ¿A qué hora arriba el avión? ¿Dónde nos ESPERAN? ¿Alquilamos un auto? ¿Quién lleva el mapa? ¿Y la filmadora? ¿Y después volvemos para dónde? ¿Vienen? Así, van apareciendo amigos, familiares, conocidos con sus Recomendaciones, los consejos, las direcciones de más amigos, los encargos, los impostergables.

Deseado, sentido, diagramado, planificado.

El paso siguiente es con quién. Viajar Con quién sí, recorrer, reír, caminar, correr, nadar, soñar, reír, llorar, pasear.

Decidida la Compañía, es innegable el mar que desear ya el día y la hora para partir.

Partir, ¿Y ahora hacia dónde? ...

Sabíamos El primer destino. Estaba escrito. Llegábamos directo al aeropuerto y de ahí, al Hotel. ¡Y qué hotel! Me imagine-tantas veces-bajando con vos a la playa, caminando, respirando profundo, llenándonos de ese aire que llevamos desde el principio de los tiempos en nuestros ojos. Una semana en la playa, con todo el Mediterráneo para nosotros, ¿te lo imaginaste alguna vez? Después, ya lo habíamos decidido, perdernos en nuestras raíces. Dejarnos ir hacia donde Todo comenzó. A partir de ahí, Aun TENIENDO planificado el resto del viaje, todo lo que vendría seria "como de prestado", "La yapa". Sé que vos lo sentías Así también.

Viajar, ¿qué es? ...

Quizás ahora sepas la respuesta.

Yo debo conformarme solamente Tener con la pregunta.

Y, ¿sabes? ...

No me conformo.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Recuerdos en viaje

¿Cuándo el tiempo del vivir Comienza a poblarse de recuerdos?

¿Cuándo es ese tiempo en que la vida se detiene unos instantes y sólo hay imágenes, aromas, CADENCIAS, texturas, sabores que de otros Fueron Para Comenzar A Ser nuestros ahora?

¿Cuándo se desvio La Rueda de la Fortuna y nos dejó aquí, en este punto, precisamente, donde no hacemos pie?

¿Cuál fue la última conversación? ¿Y la última mirada?

¿Cuál, el gesto del final?

¿Y la última música compartida?

viernes, 18 de septiembre de 2009

Nadar de noche de Juan Forn

¿Cómo es entrar en la noche más larga? ...

¿Es una larga noche? ...

¿Quiénes ESPERAN del otro lado? ...

¿Esperan? ...

El recuerdo acercó hasta mi memoria este bellísimo cuento.

Una poética Condición de estar, Aún, tomados de la mano, como la última vez.


"Era demasiado tarde para estar despierto, especialmente en una casa prestada ya oscuras.

Afuera, en el jardín, los grillos convocaban empecinados furiosos y la lluvia, y él se preguntó como podían dormir en los cuartos de arriba su mujer y la beba con ese murmullo ensordecedor.
Tenía insomnio, Estaba en pantalones cortos, sentado frente al ventanal abierto que daba a la terraza y al jardín. Las únicas luces prendidas eran los focos adentro de la pileta, pero la luz ondulada por el agua no conseguía matar del todo la sensacion de estar en una casa ajena, el malestar indefinible con aquel simulacro de vacaciones.
Porque, en realidad, No estaba ahí descansando sino trabajando. Aunque el trabajo no implicase Ningún Esfuerzo en particular, aunque no tuviese nada que hacer, salvo vivir en esa casa con su mujer y su hija y disfrutar las posesiones de su amigo Félix, Mientras el Este y Ruth remontaban Fortunas gastaban Nilo y en rollos de Fotos y guías egipcios sin dientes, a cuenta de una revista de viajes italiana.
Para calmarse, para atraer el sueño, pensó que no Iba a pisar Buenos Aires en todo el mes.

Viviría en pantalones cortos y sin afeitarse, cortaría el pasto, cuidaría la Pileta, videos veria y escucharía música Mientras crecía su hija delante de sus ojos y su mujer inventaba postres raros en la cocina. Y en todo ese tiempo Quizá le dejaran Algún mensaje mínimamente estimulante, o al menos catastrófico, en el contestador automático de su departamento.
Mientras tanto, a lo mejor y Félix Ruth decidían prolongar su viaje un mes más, o tenian un accidente, o se enamoraban los dos de un mismo Efebo andrógino y analfabeto en Alejandría. Un mes podia ser mucho tiempo en Algunos lugares; un mes podia ser casi una vida. Para su hijita, por ejemplo. Tenía que empezar a vivir al ritmo de ella, como le había dicho su mujer. Día por día, hora por hora, lentamente. Tenía que Asumir la paternidad de una vez, como dirían Félix y Ruth, si es que no lo habían dicho.
Entonces Oyó la puerta. N el timbre sino dos golpecitos suaves, Corteses, casi Conscientes de la hora que era. Cada casa tiene su lógica, y sus leyes son mas elocuentes de noche, Cuando las cosas ocurren sonoros sin paliativos. El no miró el reloj, ni se sorprendió, ni Pensó que los golpes eran imaginación suya. Simplemente se levanto, sin prender ninguna luz A su paso y Abrio Cuando la puerta se encontró con su padre parado delante de él. No lo veia desde que había muerto. Y, en ese momento, supo incongruentemente que ya se había hecho a la idea de no verlo nunca más.
Su padre Tenía puesto un impermeable cerrado hasta arriba y el pelo tan abundante y bien peinado como siempre, pero totalmente blanco. Nunca habían sido muy expresivos entre ellos. Él dijo: "Papá, qué sorpresa", pero no se movio hasta que su padre preguntó sonriendo:
- ¿Se puede pasar?
-Sí, claro. Por supuesto.
El cruzó el padre que viven a oscuras y el ventanal abierto Y fue una Sentarse en una de las reposeras de la terraza. Desde allá Miró hacia adentro, Lo llamó con la mano y tocó la reposera vacía A su lado.

Él salió obedientemente a la terraza. Dijo:
-Dame el impermeable, si querés. ¿Te traigo algo para tomar?
El padre negó con la cabeza un Ambas ofertas. Después se Estiro Todo Lo Que Pudo y hondo respiro sin perder la sonrisa.
-Va a llover En cualquier momento-dijo-. Qué maravilla. ¿También de día es así,?
-Mejor. Para Marisa y La Beba, especialmente.
Marisa, y la beba. Debes de Tener un montón de cosas para contarme, ¿no?
Él Sintió que se le aflojaba apenas la mandíbula. En los sueños en que volvía a verlo, su padre siempre Estaba al tanto de todo lo que les había pasado A por ellos en su ausencia.
-Sí, claro-dijo-. Supongo que sí.
-Por supuesto, no pretendo que me pongas al día con las noticias. Obviemos la política, el trabajo, el mundo en general, si es posible. Las cosas domésticas, me interesan. Tus hermanas, vos, la Marisa, Beba. Esas cosas.
A él le sorprendió que mencionara la palabra domésticas. Y mucho Aún más que hubiese nombrado a todos menos un su madre, pero no supo qué decir.
-Voy a servirme un whisky. ¿Seguro que no querés?
-No, no, gracias. A propósito, qué buena idea, las luces adentro de la pileta.
-No es mía-dijo él antes de entrar. La casa, quiero decir.
Cuando Volvió a aparecer, con un vaso bastante lleno, se freno Detrás de la reposera de su padre y de golpe Sintió que todavia no se habían tocado.
-Yo creí-dijo, desde ese lugar-que vos Veias Todo lo que pasaba acá, desde donde estabas.
La cabeza de su padre se movio levemente A Uno y otro lado, varias veces.
-Lamentablemente no. Es bastante distinto de lo que uno se imagina.
Él miró la pileta y Tuvo la sensación de que no controlaba lo que decía ni lo que iba a decir.
-Si supieras la Cantidad de cosas que hice En Estos años para vos, pensando que me estabas mirando. -Y se Rió un poco, sin alegría pero sin amargura, para vaciarse los pulmones no más. --

O sea que no sabes nada de Estos cuatro años. Qué increíble.
El padre se reacomodó en la reposera y lo miro de costado.
-A lo mejor hay cambios, adonde nos mandan ahora. Si te sirve de consuelo.
Él lo miró sin entender.
-Hubo un traslado. Voy a estar en otra parte, a partir de ahora. No sólo yo, muchos más. Las cosas allá no son tan ordenadas como Se Supone. A veces pasan imprevistos estos. Digo, que vos CON ESTE ahora.
- ¿Y por qué conmigo? ¿Por qué no fuiste a ver a mamá?
El padre miró un rato la luz ondulante de la Pileta. Su cara cambió muy levemente, hubo un ínfimo matiz de tristeza en su inexpresividad.
-Con tu madre hubiera sido más difícil. Una noche no es tanto tiempo, y yo necesito que me cuentes todo lo que puedas. Con tu madre hablaríamos de otros temas. Del pasado, especialmente, de ella y yo, de muchas cosas buenas que vivimos los dos juntos. Y eso hubiera sido injusto de mi parte.
Hizo una pausa.
Ciertas-Hay cosas que son imposibles Técnicamente en mi estado actual: sentir, por ejemplo. ¿Entendes? En cierta medida, lo que soy esta noche es algo que ningún valor Tendría para tu madre. Con vos, en cambio, es más sencillo, para decirlo de alguna manera. Siempre te ubicaste en una Posición panorámica en cuanto a las emociones. Con tu madre, con tus hermanas, con vos mismo.

En fin.
Hizo otra pausa.
-También pensé que podrías arreglártelas mejor con los sentimientos que te provocará la esta visita. A fin de cuentas, yo nunca fui Tan importante para vos, ¿no es cierto?
Él Sintió algo que hacía mucho tiempo que no partía. Una especie de Sumisión y de necesidad de oponerse A Esa Sumisión. Supo de pronto que en los últimos cuatro años no había sido esto que ahora era, nuevamente: hijo de su padre. Fue hasta el borde de la pileta, se saco los Mocasines y se sento con las piernas Dentro del agua.
-Si no hubieras sido tan importante para mi, entonces no habría Hecho las cosas que hice para vos, por vos, en estos años. ¿No se te Ocurrió pensar eso?
-No.
Él quedó perplejo. La respuesta le había parecido tan rápida y brutal que sonó sincera. Y justamente por eso inverosímil. Cobarde. Casi injusta.
-Y sabes que ahora, por qué-atino a decir.
-Nada-contestó el padre.
Después se levanto, llevo la reposera hasta el borde de la pileta y se sento Con las manos en los bolsillos.
-Supongo que no cambia nada. Lo que hiciste, ya lo hiciste. Y me parece que no tiene sentido que te enojes ahora, con vos o conmigo, por eso. ¿No?
No sólo era inútil, además empezaba a sentir que no le era lícito, Frente a la Condición de su padre, nada cuestionar, ni permitirse esa insólita belicosidad. La necesidad de oponerse se desvaneció y sólo quedó la Sumisión, no ya Dirigida a su padre sino un un estado de cosas, una obtusa una abstracción e inabarcable.
-Es cierto-dijo-. Perdón.
Se Quedaron callados un rato, hasta que él dijo:-De todas maneras, exagere un poco. N Fueron tantas las cosas que hice pensando en vos.
El padre soltó una risita.
-Ya me parecia.
Un relámpago en dos Rajo el fondo del cielo. Cuando sonó el trueno el padre se encogió y su risita Volvió a oírse.
-Ya casi no me acordaba de estas cosas. Es notable cómo funciona la memoria, lo que la conservación y lo que deja de lado.
-Los grillos-dijo él-. ¿Los ois? No me dejaban dormir. Por eso Estaba despierto Cuando llegaste.
Después de decir estas palabras dudó. ¿Los grillos? Pero lo mejor Pensó Prefirió y quedarse con la duda.
-Bueno-dijo el padre con voz muy suave. A lo nuestro.
- ¿Puedo preguntarte algo, antes?
La reposera crujió. Él Hizo un Esfuerzo para mantenerle la mirada a su padre.

-Como quieras. Pero ya sabes cómo es eso: una vez que te enteras, difícil que puedas borrártelo de la cabeza. No es una amenaza. Lo digo por vos, simplemente.
-Sí, ya sé-dijo él. Y preguntó, con voz insegura: - ¿Todos van al mismo lugar? ¿No importa lo que haya Hecho cada uno?
-Eso es algo que Podría haberte contestado desde los veinte años, más o menos. Siempre sospeché que importaba más en vida que después. En cuanto a la otra pregunta, no es exactamente un lugar, adonde van. Pero sí: todos van al mismo, en la medida en que todos somos relativamente iguales. El modo de vida de tu vecino y el tuyo, por ejemplo, se diferencian tanto como tu estatura y la de él. Son matices, y los matices no cuentan. Digamos que hay, básicamente, sólo dos estados: el tuyo y el mío. Es bastante más complejo, pero no lo entenderías ahora.
-Entonces vos y yo vamos a encontrarnos de nuevo, En algún momento-dijo él.
El padre no contestó.
- ¿Importa algo estar juntos, allá?
El padre no contestó.
- ¿Y cómo es? -Dijo él.
El padre desvío los ojos y miró la pileta. -Como nadar de noche-dijo. Y las ondulaciones de la luz se reflejaron en su cara. -Como nadar de noche, en una pileta inmensa, sin cansarse.
Él tomo de un trago de whisky que el Quedaba en el vaso y Espero a que llegase al estómago.

Después tiró los hielos en la pileta y apoyo el vaso vacío en el borde.
- ¿Algo más? -Dijo el padre.
Él negó con la cabeza. Movio un poco las piernas en el agua y miró la base de la reposera, el impermeable, la cara blandamente atemporal de su padre. Pensó en lo reticentes que habían sido siempre en todo contacto corporal y le parecieron Increíblemente ingenuos y artificiales Aquellos abrazos en los Sueños es que aparecia su padre. Esto era la realidad: todo seguia tal como había sido siempre, y recomenzaba Casi en el mismo punto en que quedara interrumpido cuatro años antes. Aunque sólo fuese por una noche.
-Por dónde querés que empiece-dijo.
-Por donde quieras. No te preocupes por el tiempo: tenemos toda la noche. Hasta que termines no va a amanecer.
De El Hondo respiro, largó el aire y supo que había entrado en la noche más larga y secreta de su vida. Empezó hablando, por supuesto, de su hija. "
Nadar de Noche Juan Forn

jueves, 17 de septiembre de 2009

Acqua, eau, aqua, vanduo

No es la lengua que la nombra.


No es el lugar que la contiene.


Tampoco la compañía que nos Sugiere.


Es todo lo que ella, con su sola presencia, Nombrar sabe.

Agua ...




"Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera Tupido y gris, aquí contra el balcón goterones con cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno Detrás de otro, qué hastío. Aparece Ahora una gotita en lo alto del marco de la Ventana, se queda temblequeando contra el cielo que la TRIZA en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, Mientras le crece la barriga, ya es una gotaza que cuelga Majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, Brotan en el marco y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós. "

Aplastamiento de las gotas de Julio Cortázar

"La luna llama a la mar y la mar llama al humilde chorrito de agua, que en busca de la mar corre y corre desde donde sea, por muy lejos que sea, y corriendo crece y arremete y no hay montaña que le pare la Pechada . El sol llama a la parra, que queriendo sol se estira y sube. El primer aire de la mañana Llama a los olores de la ciudad que despierta, el aroma del pan recién dorado, del aroma de café recién molido, y los aromas al aire entran y se apoderan del aire. La noche llama a las flores del Camalote, ya medianoche en punto estallan en el río esos blancos Fulgores que abren la negrura y se meten en ella y la rompen y se la comen ".
Los llamares en El Libro de los Abrazos de Eduardo Galeano

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Viajes que no llegan a destino

A veces sucede: viajes existencial Que no se Cumplen. Otros acontecen, y ya no sabemos dónde estamos parados.

¿No se Cumplen momentaneamente?, Pregunto.



"Dejando de lado los motivos, atengámonos a la Manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe Semejanza. El llanto medio u ordinario Consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, Estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le Resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se Tapara con decoro el rostro usando Ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. medios de comunicación Duración del llanto, tres minutos ". O la vida entera.




Instrucciones para llorar de Julio Cortázar