viernes, 29 de abril de 2016

Volar

Yo adoro una mujer de aire.
La sentíamos bastante como el aire,
brillante o secreta esencia, ah, de lo que nos tocaba;
alma del tiempo, sí, más allá de las formas,
sin forma siempre como el aire?
Cuando la mujer de aire se va,
no, no me digáis que las flores son flores y que la luz es luz,
que la colina sube hacia las nubes y que la tarde baja hasta las aguas
y que el anochecer viene de espejos por las lejanas islas, por las islas...
Ni menos me digáis, oh, no me digáis, que la luna de julio se ha entibiado entre las ramas...
No, no me digáis nada, que cuando la mujer de aire se va
el aire, el aire?, es una asfixia oscura,
y hay manos, muchas manos, tendidas hacia
nosotros desde otras sombras como raíces invertidas...
Pero verdad que la mujer de aire siempre vuelve?
-Siempre regresa, sí, pero no basta adorarla porque ella es la libertad.

Juan L Ortiz, poeta de Pcia de Entre Ríos, Argentina.

viernes, 22 de abril de 2016

Yo soy mi propia mujer

No prestar atención a las palabras,
salvo a aquellas que transportan
su propia carga de silencio.
El discurso del hombre es extrañamente opresivo,
pero algunas palabras quedan sueltas
como pájaros que caen de sus bandadas
y que una zona especialmente susceptible del aire
retiene y congrega.

No prestar atención tampoco a la escritura,
salvo a ciertas páginas desprendidas o rotas
que conservan fragmentos
de algunas historias que no parecen historia
o de un balbuceo con una extraña ilación,
papeles que el viento arremolina en los rincones.

Y ni siquiera prestar atención a lo callado,
porque el silencio del hombre es casi siempre
nada más que un terreno baldío,
cercado por unas tapias lastimosas
que impiden que lo arrastren las hormigas.

Además de la palabra y el silencio,
el verdadero lenguaje articula otras cosas,
por ejemplo,
el filo sin sosiego que lo hiere.


Roberto Juarroz

El Amor es la Revolución


Comandante


jueves, 21 de abril de 2016

Vivo (2)

Por aquello que encontré en tus ojos.
Por aquello que perdí en la lucha.
Conocer la otra midad es poco.
Comprender que solo estar, es más puro.

Me pondré el uniforme de piel humana.
no esperaba tanto resplandor.

El fin de amar
sentirse más
VIVO.

El fin del mar
es sentirse igual
VIVO.

Y como el fuego reflejado en el agua,
dibujaba particulas de Dios.

El fin de amar
sentirse más
VIVO.

El fin del mar
es sentirse igual
VIVO.

Conocer la otra midad es poco.
Comprender que solo estar es más puro.

Gustavo Cerati, músico argentino 1959 - 2014

Vivo


domingo, 10 de abril de 2016

Voz

los días nacen heridos
y tengo que caminar descalza por la isla
repetir como un mantra
esta es mi casa
este el bastión de mi fe y mi deseo
no van a poder con nosotros
el río que en la mañana brilla como mil perlas
lleva mi voz
rebelión cotidiana y pequeña
el río que sabe
trae voces amigas
no estamos solos
tenemos algo de hormigas
trazando caminos invisibles
en la costura de la tierra


Marisa Negri, poeta argentina, 1971
http://marisanegri.blogspot.com.ar/

sábado, 9 de abril de 2016

Junco


Junco

Ser joven en Latinoamérica


Ser joven en Latinoamérica

"La mejor parte de mi vida son las mañanitas, cuando camino sola las dos cuadras que separan mi casa de la parada del autobús escolar. Siempre pienso en cuánto odio a mi padre y en cómo nuestras vidas, la de mamá y la mía, y claro, la de Nacho, podrían convertirse en algo fantástico, una fábula, tan solo si él tuviera la decencia de morirse. Si alguien me pregunta por qué odio tanto a papá, no puedo explicar las razones. No es malo, no exactamente... Lo odio por intruso. Es un extraño. Y sí, es cierto que él estaba antes de que yo naciera, por una cuestión de secuencia, pero tengo la súper certeza de que es un intruso. Inés entiende cuando digo estas cosas. Ella misma se siente una intrusa y dice que un día va a regresar al lugar donde realmente pertenece, aunque descubrirlo, saber cuál es ese sitio, le tome la vida entera. Sin embargo, Inés dice también que todo pasará al ser jóvenes en serio, no «capullos», como nos llaman las monjas; por lo menos hace tres años que científicamente hablando ya no somos púberes, dice, y esa palabra me estruja el estómago. Púberes. Una esdrújula patética que comienza con «pu». Inés sospecha de todo lo que comienza con «pu»: pus, puerta, puerca, puñado, puta. Igual, me encanta cuando entrecierra los ojos y se pone a hablar como una poseída: Esta edad, dice Inés, es difícil, es dura, es patética, es un infierno..."

Giovanna Rivero en 98 segundos sin sombra, Ed. Random House, 2014/2016