Giovanni Duprè | Monumento funebre a Mossotti nel Cimitero di Pisa, 1867
viernes, 31 de julio de 2015
jueves, 30 de julio de 2015
Cesare
"No poseemos más que una virtud: comenzar
cada día la vida -delante de la tierra,
bajo un cielo que calla -aguardando un despertar."
Cesare Pavese
La noche estrellada de V. Van Gogh
Vincent
"Si pierdes dinero, pierdes poco.
Si has perdido el honor, pierdes mucho.
Si pierdes el corazón, lo pierdes todo."
miércoles, 29 de julio de 2015
Entre irse y quedarse (2)
Te abracé en la noche
era un abrazo de despedida
te ibas de mi vida
Te atrapó la noche
la oscuridad traga y no convida
quedé a la deriva
Tal vez fue un derroche
los sentimientos más bendecidos
flotan como idos
Te besé en la noche
con aquel beso desconocido
que se fue contigo
Te abracé en la noche
era un abrazo de despedida
te ibas de mi vida
Te atrapó la noche
La oscuridad traga y no convida
Quedé a la deriva
Tal vez fue un derroche
los sentimientos más bendecidos
flotan como idos
Te besé en la noche
con un sabor desaparecido
que se se fue contigo
Fernando Cabrera (poeta y guitarrista uruguayo, 1956)
era un abrazo de despedida
te ibas de mi vida
Te atrapó la noche
la oscuridad traga y no convida
quedé a la deriva
Tal vez fue un derroche
los sentimientos más bendecidos
flotan como idos
Te besé en la noche
con aquel beso desconocido
que se fue contigo
Te abracé en la noche
era un abrazo de despedida
te ibas de mi vida
Te atrapó la noche
La oscuridad traga y no convida
Quedé a la deriva
Tal vez fue un derroche
los sentimientos más bendecidos
flotan como idos
Te besé en la noche
con un sabor desaparecido
que se se fue contigo
Fernando Cabrera (poeta y guitarrista uruguayo, 1956)
martes, 28 de julio de 2015
Villanis
Emmanuel VILLANIS | A Slave for sale (Esclave à vendre), 1890. Galerie Vincent Lécuyer, Paris
El otro enamorado
Es el amor. Tendré que cultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes,
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.
Jorge Luis Borges
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes,
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.
Jorge Luis Borges
El enamorado
Si alguien quiere escribir mi biografía
no hay nada más sencillo.
Dispone de dos fechas solamente:
la del día en que te conocí
y la del que te fuiste.
Entre una y otra transcurrió mi vida.
Lo que ocurriera antes, lo olvidé.
Lo que suceda ya, carece de importancia.
Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, España, 1966)
no hay nada más sencillo.
Dispone de dos fechas solamente:
la del día en que te conocí
y la del que te fuiste.
Entre una y otra transcurrió mi vida.
Lo que ocurriera antes, lo olvidé.
Lo que suceda ya, carece de importancia.
Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, España, 1966)
lunes, 27 de julio de 2015
Estelares
que agita mi corazón?
Algo está pasando
¿puedes decirme quién soy?
...
Somos solos, pero te creo
Algo suena en mí
y es mejor que una canción.
Días oscuros, tan necesarios
si no me hubiese hundido
hoy no hablaría del amor.
...
Me dijeron mil veces
debes inventarte un Dios
y un millón de días desperté de mi pavor
Algo está pasando
¿puedes decirme quién soy?
...
Somos solos, pero te creo
Algo suena en mí
y es mejor que una canción.
Días oscuros, tan necesarios
si no me hubiese hundido
hoy no hablaría del amor.
...
Me dijeron mil veces
debes inventarte un Dios
y un millón de días desperté de mi pavor
"Doce Chicharras" del grupo musical Estelares https://www.facebook.com/losestelares2
sábado, 25 de julio de 2015
El punto
Me gustaría conocer el punto exacto donde la ola se detiene.
Y observar el momento preciso donde el agua empieza a retroceder dibujando una cerrada curva de impotencia.
La marea da origen a una danza incesante de avance y retirada.
La embestida se lleva inicialmente el mundo por delante y luego cede.
Frena de pronto como si estuviera esperando algo.
De ese punto exacto quiero hablar.
Y ahí, en el momento preciso, quiero quedarme para siempre.
Luis Gruss en el blog http://suspendelviaje.blogspot.com.ar/
lunes, 20 de julio de 2015
Ser
Cuando me veo y toco,
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero como se dice en español.
Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.
Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country,
no jailáif,
no tenis y no yacht,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.
Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.
Poema "Tengo" de Nicolás Guillén (Cuba, 1902 - 1989)
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero como se dice en español.
Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.
Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country,
no jailáif,
no tenis y no yacht,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.
Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.
Poema "Tengo" de Nicolás Guillén (Cuba, 1902 - 1989)
sábado, 18 de julio de 2015
Eduardo x tres
El miedo manda
El miedo global
Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Y los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo a caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares. Los militares tienen miedo a la falta de armas.
Las armas tienen miedo a la falta de guerra.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones y miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura.
Al tiempo sin relojes.
Al niño sin televisión.
Miedo a la noche sin pastillas para dormir y a la mañana sin pastillas para despertar.
Miedo a la soledad y miedo a la multitud.
Miedo a lo que fue.
Miedo a lo que será.
Miedo de morir.
Miedo de vivir.
Indicios
No se sabe si ocurrió hace un rato o hace siglos o nunca.
A la hora de ir a trabajar un leñador descubrió que le faltaba el hacha.
Observó a su vecino. El vecino tenía todo el aspecto de un ladrón de hachas. Estaba claro: la mirada, los gestos, la manera de hablar.
Unos días después el leñador encontró el hacha que había perdido. Y cuando volvió a observar a su vecino, comprobó que no se parecía para nada a un ladrón de hachas, ni en la mirada ni en los gestos ni en la manera de hablar.
Habitamos un mundo gobernado por el miedo, el miedo manda, el poder come miedo, ¿qué sería del poder sin el miedo? Sin el miedo que el propio poder genera para perpetuarse.
El hambre desayuna miedo.
El miedo al silencio que aturde las calles.
El miedo amenaza.
Si usted ama tendrá sida.
Si fuma tendrá cáncer.
Si respira tendrá contaminación.
Si bebe tendrá accidentes.
Si come tendrá colesterol.
Si habla tendrá desempleo.
Si camina tendrá violencia.
Si piensa tendrá angustia.
Si duda tendrá locura.
Si siente tendrá soledad.
El hambre desayuna miedo.
El miedo al silencio que aturde las calles.
El miedo amenaza.
Si usted ama tendrá sida.
Si fuma tendrá cáncer.
Si respira tendrá contaminación.
Si bebe tendrá accidentes.
Si come tendrá colesterol.
Si habla tendrá desempleo.
Si camina tendrá violencia.
Si piensa tendrá angustia.
Si duda tendrá locura.
Si siente tendrá soledad.
El miedo global
Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Y los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo a caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares. Los militares tienen miedo a la falta de armas.
Las armas tienen miedo a la falta de guerra.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones y miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura.
Al tiempo sin relojes.
Al niño sin televisión.
Miedo a la noche sin pastillas para dormir y a la mañana sin pastillas para despertar.
Miedo a la soledad y miedo a la multitud.
Miedo a lo que fue.
Miedo a lo que será.
Miedo de morir.
Miedo de vivir.
Indicios
No se sabe si ocurrió hace un rato o hace siglos o nunca.
A la hora de ir a trabajar un leñador descubrió que le faltaba el hacha.
Observó a su vecino. El vecino tenía todo el aspecto de un ladrón de hachas. Estaba claro: la mirada, los gestos, la manera de hablar.
Unos días después el leñador encontró el hacha que había perdido. Y cuando volvió a observar a su vecino, comprobó que no se parecía para nada a un ladrón de hachas, ni en la mirada ni en los gestos ni en la manera de hablar.
Eduardo Galeano, ciudadano ilustre en la primera Muestra de Films del Mercosur, realizada en el marco de la Cumbre de Brasilia.
Librrrrrrr...
Yo libraré
Tú librarás
Él librará
Nosotros libraremos
Vosotros librareis
Ellos librarán
¿Ustedes se preguntaban
por el futuro del libro?
Miguel Rep, Contratapa Página/12, sábado 18/7/2015
jueves, 16 de julio de 2015
Vivir (2)
Mal poeta enamorado de la luna,
no tuvo más fortuna que el espanto;
y fue suficiente pues como no era un santo
sabía que la vida es riesgo o abstinencia,
que toda gran ambición es gran demencia
y que el más sordido horror tiene su encanto.
Vivió para vivir que es ver la muerte
como algo cotidiano a la que apostamos
un cuerpo espléndido o toda nuestra suerte.
Supo que lo mejor es aquello que dejamos
-precisamente porque nos marchamos-.
Todo lo cotidiano resulta aborrecible,
sólo hay un lugar para vivir, el imposible.
Conoció la prisión, el ostracismo,
el exilio, las múltiples ofensas
típicas de la vileza humana;
pero siempre lo escoltó cierto estoicismo
que le ayudó a caminar por cuerdas tensas
o a disfrutar del esplendor de la mañana.
Y cuando ya se bamboleaba surgía una ventana
por la cual se lanzaba al infinito.
No quiso ceremonia, discurso, duelo o grito,
ni un túmulo de arena donde reposase el esqueleto
(ni después de muerto quiso vivir quieto).
Ordenó que sus cenizas fueran lanzadas al mar
donde habrán de fluir constantemente.
No ha perdido la costumbre de soñar:
espera que en sus aguas se zambulla algún adolescente.
sabía que la vida es riesgo o abstinencia,
que toda gran ambición es gran demencia
y que el más sordido horror tiene su encanto.
Vivió para vivir que es ver la muerte
como algo cotidiano a la que apostamos
un cuerpo espléndido o toda nuestra suerte.
Supo que lo mejor es aquello que dejamos
-precisamente porque nos marchamos-.
Todo lo cotidiano resulta aborrecible,
sólo hay un lugar para vivir, el imposible.
Conoció la prisión, el ostracismo,
el exilio, las múltiples ofensas
típicas de la vileza humana;
pero siempre lo escoltó cierto estoicismo
que le ayudó a caminar por cuerdas tensas
o a disfrutar del esplendor de la mañana.
Y cuando ya se bamboleaba surgía una ventana
por la cual se lanzaba al infinito.
No quiso ceremonia, discurso, duelo o grito,
ni un túmulo de arena donde reposase el esqueleto
(ni después de muerto quiso vivir quieto).
Ordenó que sus cenizas fueran lanzadas al mar
donde habrán de fluir constantemente.
No ha perdido la costumbre de soñar:
espera que en sus aguas se zambulla algún adolescente.
Autoepitafio de Reinaldo Arenas
Vivir
Todo lo que pudo ser, aunque haya sido,
jamás ha sido como fue soñado.
El dios de la miseria se ha encargado
de darle a la realidad otro sentido.
Otro sentido, nunca presentido,
cubre hasta el deseo realizado;
de modo que el placer aun disfrutado
jamás podrá igualar al inventado.
Cuando tu sueño se haya realizado
(difícil, muy difícil cometido)
no habrá la sensación de haber triunfado,
más bien queda en el cerebro fatigado
la oscura intuición de haber vivido
bajo perenne estafa sometido.
En "Sonetos desde el infierno" del escritor Reinaldo Arenas (1943 - 1990, Cuba)
martes, 14 de julio de 2015
Valor
Considero valor cada forma de vida, la nieve, la fresa, la mosca.
Considero valor el reino mineral, el conjunto de las estrellas.
Considero valor el vino junto a la pasta, una sonrisa involuntaria, el cansancio que no niegan dos viejos que se gustan.
Considero valor lo que mañana no valdrá nada y lo que hoy ya vale poco.
Considero valor todas las heridas.
Considero valor ahorrar agua, reparar zapatos, callar a tiempo, socorrer a gritos, pedir permiso antes de sentarse, probar gratitud sin recordar bien el porqué.
Considero valor poder saber donde está el norte en una habitación y el nombre del viento que seca la ropa.
Considero valor el viaje del vagabundo, lo clausura del monje, la paciencia del condenado sea cual sea su culpa.
Considero valor emplear el verbo amar y la hipótesis que un creador existe.
Muchos de estos valores no los he conocido.
Erri de Luca (escritor napolitano, Italia)
Considero valor el reino mineral, el conjunto de las estrellas.
Considero valor el vino junto a la pasta, una sonrisa involuntaria, el cansancio que no niegan dos viejos que se gustan.
Considero valor lo que mañana no valdrá nada y lo que hoy ya vale poco.
Considero valor todas las heridas.
Considero valor ahorrar agua, reparar zapatos, callar a tiempo, socorrer a gritos, pedir permiso antes de sentarse, probar gratitud sin recordar bien el porqué.
Considero valor poder saber donde está el norte en una habitación y el nombre del viento que seca la ropa.
Considero valor el viaje del vagabundo, lo clausura del monje, la paciencia del condenado sea cual sea su culpa.
Considero valor emplear el verbo amar y la hipótesis que un creador existe.
Muchos de estos valores no los he conocido.
Erri de Luca (escritor napolitano, Italia)
lunes, 13 de julio de 2015
domingo, 12 de julio de 2015
Tres mujeres: Olga, Berenice, Marisa
“Estos 17 cantos nos abren la puerta a un mundo mágico; el mundo de una poeta y su gata”, promete el prólogo. A cada poema le corresponde una ilustración de Gabriel Martino.
“Lo que cuentan estos poemas es una historia de amor; la historia de Olga, una mujer que escribía versos con su máquina de escribir cuando aún no existían las computadoras, y su gata Berenice, que un día llegó misteriosamente a su vida y allí se quedó para siempre”. De esta manera, se presenta otra vez Cantos a Berenice, del que se esperan más reediciones.
“Lo que cuentan estos poemas es una historia de amor; la historia de Olga, una mujer que escribía versos con su máquina de escribir cuando aún no existían las computadoras, y su gata Berenice, que un día llegó misteriosamente a su vida y allí se quedó para siempre”. De esta manera, se presenta otra vez Cantos a Berenice, del que se esperan más reediciones.
Tres mujeres: Olga, Berenice, Marisa
"Pero reclamo para ti una silla en la feria de las tentaciones;
ningún trono de honor,
sino una simple silla a la intemperie para poder saltar hacia el amor:
esa gran aventura que hace rodar sus dados como abismos errantes.
El paraíso incierto y sin vivir".
Canto XVI, en Cantos a Berenice de Olga Orozco
El Matador, poema de Rafael Alberti
-Yo soy el Matador.
-Yo soy el toro.
-Yo soy el toro.
-Vengo a matarte.
-Inténtalo, si puedes.
-Me luciré contigo.
-Inténtalo, si puedes.
-Has sido noble en toda la corrida.
-Has toreado bien hasta ahora. Veremos…
-Serás mi gloria de esta tarde. Vamos.
-He dicho que "veremos".
- Oye el silencio de la plaza. Espera.
- Un silencio de muerte.
-Morirás entre palmas y pañuelos.
-¿Sabes tú, matador, si eso me gusta?
-¿Sabes tú, matador, si eso me gusta?
-El toro muere peleando. Cuádrate .
-Y el matador, a veces.
-¿Cómo dices?
-Que el matador, a veces, también muere.
-Silencio. ¡Vamos, toro! No me hables.
-El condenado a muerte puede hacerlo.
-La plaza se impacienta.-Extiende el trapo.
-¡Eh, toro!¿Qué te pasa?¿No me embistes?
-Con una condición: quiero música. Pídela.
-Ya comenzó. ¿No escuchas?¡Pronto!¡Arráncate !
-¿Qué es eso? No conozco.
-Un pasodoble. El mío.
-Tú eres mi matador.¿Cómo te llamas?
-Antonio Lucas, "El Talabartero" .
-Mi matador. Mi nombre es "Poca-pena".
-Ya lo sé. Pero ¡vamos! ¡Aquí toro!
-Pienso una cosa, ¿sabes?
-Dila pronto. Ya el público protesta.
-Si te enfadas, me callo. No la digo.
- El público no aguarda. Grita, ruge.
- El público no aguarda. Grita, ruge.
-El público que sabe. Si grita, no me muevo.
-Serás el deshonor de la corrida.
-No me importa. Me llamo "Poca-pena".
-Te echarán al corral por manso .Ya eres bruto.
-¿Manso yo?¿"Poca-pena"? Bien me has visto.
-¡Hijo de mala madre!¡Toma!¡Embiste!
-¿Una patada a mí? Verás ahora.
-¡Toro cobarde!¡Toro traicionero!
-Vas volando hasta el último tendido.Ya no tienes muleta.Ya no tienes espada.Ya te tengo a mis pies, doblado de rodillas.¡Eh, matador, embiste! Eres el toro.Hazlo alegre y con arte,como animal de casta y de los bravos.¡Un nuevo paso doble, Presidente!Baja el testuz , no embistas a las nubes. Pásame tus agujas a la altura del corazón. Quiero ceñirme tanto,que toro y matador parezcan uno.
-¡Un momento, un momento, "Poca-pena"!
-No hay momento. Perfílate.Vas a morirte de mi misma muerte.Vas a sentir tu espada hasta la empuñadura.Vas a morder la arena sin puntilla.No es lo mismo ser toro que torero.¡Qué gran faena!¡Olé, grita la plaza!Vuelta al ruedo. ¡El delirio!¡Las orejas,las medias rosa, el corbatín granate,y las luces del traje, como premio!Cascabeles de plata y banderines,Las mulillas te arrastran en redondo.Tu desnudo de sangre va escribiendouna rúbrica roja por la arena.¡Más música, más música, más música!¡Era el mejor torero que he matado!
Rafael Alberti, poeta español, 1902 - 1990
sábado, 11 de julio de 2015
we, noi, nous
Nosotros
tenemos la alegría de nuestros errores,
tropezones que muestran la pasión
de andar y el amor al camino,
Tenemos la alegría de nuestras derrotas
porque la lucha
por la justicia y la belleza
valen la pena también cuando se pierde
Y sobre todo tenemos
la alegría de nuestras esperanzas
en plena moda del desencanto,
cuando el desencanto se ha convertido
en artículo de consumo masivo y universal.
Nosotros
seguimos creyendoen los asombrosos poderes
del abrazo humano.
Eduardo Galeano
tenemos la alegría de nuestras alegrías
Y también tenemos
la alegría de nuestros dolores
Porque no nos interesa la vida indolora
que la civilización del consumo
vende en los supermercados
Y estamos orgullosos
del precio de tanto dolor
NosotrosY también tenemos
la alegría de nuestros dolores
Porque no nos interesa la vida indolora
que la civilización del consumo
vende en los supermercados
Y estamos orgullosos
del precio de tanto dolor
que por tanto amor pagamos.
tenemos la alegría de nuestros errores,
tropezones que muestran la pasión
de andar y el amor al camino,
Tenemos la alegría de nuestras derrotas
porque la lucha
por la justicia y la belleza
valen la pena también cuando se pierde
Y sobre todo tenemos
la alegría de nuestras esperanzas
en plena moda del desencanto,
cuando el desencanto se ha convertido
en artículo de consumo masivo y universal.
Nosotros
seguimos creyendoen los asombrosos poderes
del abrazo humano.
Eduardo Galeano
jueves, 9 de julio de 2015
Cobijo
...
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera"
"A un olmo seco", poema de Antonio Machado (España, 1875-1939)
Tejedora
¿De qué manera ataco con palabras
cosas tan delicadas?
La mirada de un niño de tres meses
¿puede acaso tocarse
con las palabras "meses", "tres", "mirada"?
Hay que dar un rodeo
dar vueltas y volver sobre sonidos
sobre voces, oídas, leídas,
tal vez usadas...
Es posible que un día se abran
y en la hendidura brote
la mirada.
"Posibilidades", poema de Circe Maia en La Pesadora de Perlas, Editorial Viento de Fondo.
cosas tan delicadas?
La mirada de un niño de tres meses
¿puede acaso tocarse
con las palabras "meses", "tres", "mirada"?
Hay que dar un rodeo
dar vueltas y volver sobre sonidos
sobre voces, oídas, leídas,
tal vez usadas...
Es posible que un día se abran
y en la hendidura brote
la mirada.
"Posibilidades", poema de Circe Maia en La Pesadora de Perlas, Editorial Viento de Fondo.
lunes, 6 de julio de 2015
jueves, 2 de julio de 2015
Canción de amanecer
Salí a caminar
Y el camino me abrigo los pies
...
Pasé por el Sol
Y por todo lo que ya soñé
La vida me guiño
Y me sonrojé
Me puse a mirar
Llegué a comprender
Que todo hasta hoy
Fue lo más bueno que probé
Labrar, coser
La tela que al final
Es lo que uno es
Y el camino me abrigo los pies
...
Pasé por el Sol
Y por todo lo que ya soñé
La vida me guiño
Y me sonrojé
Me puse a mirar
Llegué a comprender
Que todo hasta hoy
Fue lo más bueno que probé
Labrar, coser
La tela que al final
Es lo que uno es
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