viernes, 30 de octubre de 2015

Bajo tu cielo


Deshabitados

Madre: quiero olvidar
esta creencia sin descanso. Nadie
ha visto un corazón habitado:
¿por qué este pensamiento irreparable,
esta creencia sin descanso?
Estar desesperado,
estar químicamente desesperado,
no es un destino ni una verdad.
Es horrible y sencillo
y más que la muerte. Madre:
dame tus manos, lava
mi corazón, haz algo.

Antonio Gamoneda, poeta español, 1931

Vida, día, amor

Qué día es hoy
Es todos los días
Amiga
Es toda la vida
Amor
Amamos y vivimos
Vivimos y amamos
Y no sabemos qué es la vida
Y no sabemos qué es el día
Y no sabemos qué es el amor


Jacques Prévert , poeta, dramaturgo y guinista francés, 1900 - 1977

Presencia

"Tu pelo habrá crecido"
canto en mi soledad
y lo acaricio

Juan Gelman, poeta argentino

domingo, 25 de octubre de 2015

Toda la tierra


Ser palabra

'Toda nuestra infancia debe ser
imaginada de nuevo'
Gaston Bachelard.



De pequeña
probablemente pensara que la geología
era la ciencia que enseñaba a vivir en la tierra.
'Geo', tierra, 'logía', ciencia. Era razonable,
y desde entonces 'Yo voy a ser geóloga
cuando sea grande', informaba,
como quien dice 'voy a averiguar sola
lo que nadie me sabe contar,
voy a clasificar todos los géneros
de dolor que conozco como si fueran piedras'.
-Tal vez en los manuales -me decía-
entre fallas y estalactitas aparezca en una foto
yo con mi disfraz de explorador
y en una nota al pie, esta descripción:
'nena de piedra hallada en una cueva
muy al norte, casi escondida,
el cuerpo cubierto de palabras talladas,
por el tiempo transcurrido, incomprensibles'.

Claudia Masin (poeta argentina, 1972)

Acoro

No pertenezco al coro
de voces acostumbradas a su propio tamaño
Cada minuto me destruyo y renazco
entre coléricas pavesas.
He asesinado mis antiguos fantasmas
para que nada permanezca en mi, sumiso o blando.
No detendré mi búsqueda junto al umbral de los espejos
que devuelven los rostros exactos.
Levantaré mi corazón contra la muerte
como un reo confeso
con el ojo apagado lleno de implacables preguntas.

Dionisio Aymará

Hombre Testigo

Juro decir la verdad
toda la verdad que conozco
y sólo la verdad cuya lumbre terrible
he palpado
he sentido con toda la piel
y toda la vigilia y el ojo
de mi conciencia más abierto que nunca
Y digo de seguidas
ese día tal vez era como los otros que he vivido
pero llovía tenazmente
llovía
en todas partes
en todo el universo llovía o debía llover
porque el hambre y el odio
y el desamparo y la amenaza
y tantas otras cosas que duelen hasta el fondo
se convocaron para el más funeral
de los ritos
para la más desgarradora
de todas las ceremonias que se han celebrado
a través de los siglos
Y vi un mendigo que tenía la cara
parecida a la nuestra
que tenía llagado el pensamiento
como el nuestro
vi una calle donde otros hombres se confundían
con la niebla y el polvo
según el clima propio del lugar
vi una plaza cubierta de anillos
piedras falsas
palabras también falsas
una plaza cubierta de pequeñas serpientes
aves sacrificadas
baratijas
y botellas colmadas de lejía
y de otras poderosas sustancias
destinadas a carcomer
Allí soplaba un viento
una ceniza
pesada de antigüedad y mercaderes
y numerosos mercaderes
cuyos nombres no vale la pena decir
pues eran tantos como las hojas que se pudren
en los pantanos desde tiempos inmemoriales
eran tantos
son tantos
que podrían abatir
a pesar de su pequeñez todos los puentes
si pasaran unidos pero no se unen porque no son capaces de amor
Digo la verdad
lo que he visto
Ese día se cometió un asesinato
se robaron ovejas para ofrendarlas a quién sabe
qué ídolos
se cometieron otros delitos mayores y menores
y todo porque el hombre tenía demasiada facilidad
para quedarse ciego a su arbitrio
para olvidarse de si mismo
de su desnudo semejante
todo porque el hombre olvidaba
con demasiada facilidad
la sangre los incendios las grandes devastaciones
ocasionaron sus pasiones sus manos
a lo largo de millares y millares de años
Y yo he visto con estos ojos míos con esta
mirada mía que apagara por fin la tierra
todo lo que hago constar
lo que he presenciado desde mi ser
llagado de impotencia
desde el abismo de mi más absoluta desesperación
Los automóviles
ruedan velozmente por calles
y avenidas nocturnas
y casi interminables desoladoras autopistas
y hay en la noche trasatlántico y gigantescos edificios
que parecen zozobrar y cohetes que giran
en el espacio y están todos
llenos de piel humana y corazón también humano y
esperanza y angustia y otra vez
y millones de veces
esperanza y angustia
Y mientras todo gira
todo se mueve como los astros las hormigas
la sangre
aquí una mano se prepara en la sombra
para herir aquí mismo
precisamente en este planeta
y se consuma
la nueva degollación
de los inermes de los últimos inocentes de este tiempo
Yo he visto cómo bailan el twist
en los festines más amargos
los jóvenes que invalidan la noche
con el ruido de los motores
yo les he comprendido
los he visto desorientados y sin prójimo
Muchachas que pudieran amar
acechan desde sus sitios más oscuros
muchachas que pudieran ser
como las damas que en el fondo
de insultantes mansiones
se horrorizan de la prostitución
y no saben
y no quieren saber que detrás de los rostros
bellas fachadas muros dignos
detrás de toda piel
de toda superficie arde un incendio
arden unas imágenes a menudo inconfesables
Repito que juro decir la verdad
toda la verdad que me quema los ojos
y sólo la verdad cuyo terrible resplandor
cuchillo de relámpagos
me hiere como un
largo dolor por dentro
Vi una mano crispada vi los brazos
de un hombre golpeado de pronto por toda su soledad
por todo
el horror de este mundo
y fui testigo de su lucha y de
agonía solísima
(Yo nada pude hacer porque uno se muere a pesar
de las palabras que nos llaman
para que no nos alejemos
nada pude
la gente pasa pero allí donde uno
se enfrenta con su propio destino
sólo uno tal vez sabe morir como es debido)
Fui testigo del hambre y del espanto que alargaba
los rostros
hasta no ser sino gritos de humo
ramalazos de odio
y vi con estos ojos que serán pábulo de la tierra
toda la angustia la amenaza y el miedo
que hoy se disputan el dominio del hombre
Todo esto lo ha presenciado
lo ha visto este testigo
imparcial y veraz que soy que he sido
Todos estos y otros muchos delitos menores y mayores
los puede ver
en lugar cualquiera del mundo
a cualquier hora un hombre
un ser cualquiera de este tiempo

Dionisio Aymará (poeta uruguayo, 1929 - 1999)

sábado, 24 de octubre de 2015

China

DOLOR SOLITARIO

Anteayer nos dijimos adiós, y desapareció a lo lejos;
ayer aparecieron mis primeros cabellos blancos.
Quien desee saber lo que se siente cuando miles de leguas
....... nos separan
que se quede en su lecho sin sueño, iluminado a medias
....... por la luna.

MONG KIAO (Corea del Sur, 1938)



AUNQUE FUERAN PERLAS

Aunque fueran perlas las que cayeran del cielo,
los que tienen frío no podrían hacerse un traje.
Aunque fuese jade lo que cayera del cielo,
los que tienen hambre no podrían hacerse un comida.

SU TONG-PO (
Su Tung Po -Su Dong Po-. Mei Shan. 1036 - 1101)

Lo breve y bueno, dos veces mejor

Y los días no están lo suficientemente llenos
Y las noches no están lo suficientemente llenas
Y la vida se pasa como pasa un ratón por el campo
...................... Sin agitar la hierba....


Ezra Pound (EE.UU 1885 - Italia 1972)

viernes, 23 de octubre de 2015

Woman

No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe…
No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca. No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma.
No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música.
No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y sienta un inmenso horror por las injusticias. Una que no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo.
No te enamores de una mujer intensa, lúdica, lúcida e irreverente. No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, jamás se regresa.

Martha Rivera Garrido (poeta dominicana, 1960)

50.000

Cuidado con las palabras
(dijo)

tienen filo
te cortarán la lengua

cuidado
te hundirán en la cárcel

cuidado
no despertar a las palabras
acuéstate en las arenas negras
y que el mar te entierre
y que los cuervos se suiciden en tus ojos cerrados

cuídate
no tientes a los ángeles de las vocales

no atraigas frases
poemas
versos
no tienes nada que decir
nada que defender
sueña sueña que no estás aquí
que ya te has ido
que todo ha terminado.

Alejandra Pizarnik

Capitán Beto (2)


Capitán Beto

Este dia empieza a crecer
voy a ver si puedo correr
Con la mañana silbándome en la espalda
o mirarme en las burbujas.

Tengo que aprender a volar
entre tanta gente de pie.
Cuidan de mis alas unos gnomos de lata
que de noche nunca rien.

Si la lluvia llega hasta aquí
voy a limitarme a vivir.
Mojaré mis alas como el arbol o el angel
o quizás muera de pena.

Tengo mucho tiempo por hoy
los relojes haran que cante

Y la espuma gira en torno a mi piel
me han puesto manos para hablarle
a las cosas de mi.

Y al fin mi duende nació
tiene orejas blancas
como un soplo de pan y arroz

Y un hongo como nariz
cuatro pelos locos
y un violín que nunca calla
solo se desprende y es igual a las guirnaldas.

Este dia es algo de sal
me dejó vibrando al nacer
pesa y es liviano como un hilo sin nombre
suena un poco a mi guitarra.

Tengo que aprender a ser luz
entre tanta gente detras.
Me pondré las ramas de este sol que me espera
para usarme como al aire.

Y es que al fin mi duende se abrió
tiene un corazón de mantel y batón
y un guiño al ver que todo es verdad.

Ya los gnomos cuiden
a un violín que siempre canata
nunca se adormece y es igual a las guirnaldas.

Y es que nunca calla, solo se desprende
y es igual a las guirnaldas.


Luis Alberto Spinetta (músico y poeta argentino)

jueves, 22 de octubre de 2015

Y la rebelión?

Ser rebelde lleva la vida entera,
borrarte los privilegios de la piel,
inscribirte en la soledad del desacuerdo,
dejar atrás a los usurpadores....
No hay premio a una rebelde
más allá de poder regar sus flores en el tiempo que apropia,
salir a dar de comer a las aves una mañana donde el capital devora,
sonreír con los dientes maltrechos ante la desventura del desayuno,
ser indigente en la casa que nadie sueña.
Las rebeldes saben de qué están hechos los premios,
rechazan los mendrugos que lanza la mano del opresor.
Una rebelde tiene como único premio la vida,
porque de ella nadie se apropia,
en ella nadie la usurpa,
porque es la única tierra propia de cada rincón donde duerme.
Su rebeldía alcanza siempre a cobijar el
desánimo del progreso
y si de paso una rebelde tiene la alegría
en soledad, ha vencido al mundo
-Doris Lessing (Irán 1919 - Londres 2013)
Premio Nobel de Literatura 2007

Abrir la puerta


Línea de horizonte

Yo presento la página blanca.
CONTRA:
Burócratas travestidos de poetas
Insulsos travestidos de serios
Enanos travestidos de niños
Complacientes travestidos de justos
Jingles travestidos de rock
Historias travestidas de cine
Aburridos travestidos de infelices
Pasivos travestidos de pacatos
Miedo travestido de juicio
Censores travestidos de sensores
Palabras travestidas de sentido
Palabras calladas travestidas de silencio
Oscuros travestidos de complejos
Bueyes travestidos de toros
Flaquezas travestidas de virtudes
Hollejos travestidos de pulpa
Cojones travestidos de cerebros
Celdas travestidas de hogares
Policías travestidos de drogados
Lobos travestidos de corderos
Egos travestidos de eros
Lerdos travestidos de zen
Estupidez travestida de erudición
Agua travestida de lluvia
Acuario travestido de tv
Agua suelta apagando la caricia del fuego
Agua blanda sin piedra dura
Agua quieta donde estancan los impulsos
Agua que enturbia las lentes y oxida los filos
Agua tibia del buen gusto, del sentido común
y de las buenas intenciones
Insípida, amorfa, indolora, incolora
Agua que el comerciante astuto mete en la botella
para diluir el whisky
Agua donde no hay sequía
Agua en abundancia
Agua en exceso
Agua en palabras
Yo presento la página blanca
El árbol sin simientes
El vidrio sin nada enfrente
Contra el agua.

Arnaldo Antunes (músico y poeta portugues, San Pablo (Brasil), 1960)

lunes, 19 de octubre de 2015


Si

Quiero morir si de mi vida no hallo
la meta del misterio que me guía,
quiero morir, volverme ciega y fría
como la planta que fulmina el rayo.
Si lo que ansío decir es lo que callo,
y si he de aborrecer lo que quería
sin asco y sin vergüenza hasta este día,
si todo lo que intento es mero ensayo,
será porque he vivido de mentiras.
Por no morir quiero morir. El viento
que suena entre los muros con sus liras
o el hibisco bermejo, o el fragmento
de la luna, siempre algo, hasta mi queja,
me deslumbra y me deja más perpleja.
Silvina Ocampo (escritora y poeta argentina, 1903 - 1993)

La muerte se muere de risa

Si hubiera sospechado lo que se oye después de muerto, no me suicido.
Apenas se desvanece la musiquita que nos echó a perder los últimos momentos y cerramos los ojos para dormir la eternidad, empiezan las discusiones y las escenas de familia.
¡Qué desconocimiento de las formas! ¡Qué carencia absoluta de compostura! ¡Qué ignorancia de lo que es bien morir!
Ni un conventillo de calabreses malcasados, en plena catástrofe conyugal, daría una noción aproximada de las bataholas que se producen a cada instante.
Mientras algún vecino patalea dentro de su cajón, los de al lado se insultan como carreros, y al mismo tiempo que resuena un estruendo a mudanza, se oyen las carcajadas de los que habitan en la tumba de enfrente.
Cualquier cadáver se considera con el derecho de manifestar a gritos los deseos que había logrado reprimir durante toda su existencia de ciudadano, y no contento de enterarnos de sus mezquindades, de sus infamias, a los cinco minutos de hallarnos instalados en nuestro nicho, nos interioriza de lo que opinan sobre nosotros todos los habitantes del cementerio.
De nada sirve que nos tapemos las orejas. Los comentarios, las risitas irónicas, los cascotes que caen de no se sabe dónde, nos atormentan en tal forma los minutos del día y del insomnio, que nos dan ganas de suicidarnos nuevamente.
Aunque parezca mentira -esas humillaciones- ese continuo estruendo resulta mil veces preferibles a los momentos de calma y de silencio.
Por lo común, éstos sobrevienen con una brusquedad de síncope. De pronto, sin el menor indicio, caemos en el vacío. Imposible asirse a alguna cosa, encontrar una asperosidad a que aferrarse. La caída no tiene término. El silencio hace sonar su diapasón. La atmósfera se rarifica cada vez más, y el menor ruidito: una uña, un cartílago que se cae, la falange de un dedo que se desprende, retumba, se amplifica, choca y rebota en los obstáculos que encuentra, se amalgama con todos los ecos que persisten; y cuando parece que ya se va a extinguir, y cerramos los ojos despacito para que no se oiga ni el roce de nuestros párpados, resuena un nuevo ruido que nos espanta el sueño para siempre.
¡Ah, si yo hubiera sabido que la muerte es un país donde no se puede vivir...!

Oliverio Girondo (poeta argentino, 1891-1967)

Islas

A ver: 
un hombre y una mujer 
viven en una isla asediada. 
Los rodea el océano 
donde ardió el plumaje 
de un jilguero 
en el hilo del amor 
que canta en la espesura del vacío. 
El jilguero los nombra 
y son inseparables de sus nombres. 
Los cerca el mundo 
como un animal sin luz y cruel. 
La tierra lame heridas que hablan 
con ojos hacia adentro 
y caen con astros detrás. 
A ver: 
un hombre y una mujer 
muerden las envolturas marinas 
de lo que amaron. 

Juan Gelman (poeta argentino, 1930-2014)

viernes, 16 de octubre de 2015

Bicho

Lunes, 28 de abril
Pierdo los días, la vida, el sueño. Pero yo no tengo la culpa si deseo, a la vez, la muerte y la vida, al mismo tiempo, a la misma hora. Nada podré hacer si no me impongo un método de trabajo. Y en primer lugar, un método de aprendizaje literario. Si yo tuviera el lenguaje en mi poder escribiría día y noche, pues es lo que más deseo.


No comprendo cómo, con mi imaginación excesiva, no escribo cuentos. ¿Por qué no me atrevo a inventar? ¿Qué no me deja crear otro mundo como éste? ¿Quién me adhiere y me fija adonde yo no quiero? Lo que falla en mí es la continuidad de las visiones, de las alucinaciones. Infidelidad a las imágenes, a lo visto. Restará una criatura freudiana. Pero yo sé que es más de lo que creo. Yo sé que sé. Eso es indudable. Un monstruo me persigue. Yo huyo. Pero es él quien tiene miedo, es él quien me persigue para pedirme ayuda.

Diarios , de Alejandra Pizarnik (argentina 1936 - 1972)

Del otro lado, está la reja (2)


Del otro lado está la reja

La realidad, sí, la realidad,
ese relámpago de lo invisible
que revela en nosotros la soledad de Dios.
Es este cielo que huye.
Es este territorio engalanado por las burbujas de la muerte.
Es esta larga mesa a la deriva
donde los comensales persisten ataviados por el prestigio de no estar.
A cada cual su copa
para medir el vino que se acaba donde empieza la sed.
A cada cual su plato
para encerrar el hambre que se extingue sin saciarse jamás.
Y cada dos la división del pan:
el milagro al revés, la comunión tan sólo en lo imposible.
Y en medio del amor,
entre uno y otro cuerpo la caída,
algo que se asemeja al latido sombrío de unas alas que vuelven desde la eternidad,
al pulso del adiós debajo de la tierra.
La realidad, sí, la realidad:
un sello de clausura sobre todas las puertas del deseo.

Poema de Olga Orozco, poeta argentina 1920 - 1999)

miércoles, 14 de octubre de 2015

Sei con me

Llevo tu corazón conmigo, lo llevo en mi corazón.

Nunca estoy sin él, donde quiera que voy,
vas tú, amado mío,
y lo que sea que yo haga, es tu obra.

No temo al destino,
ya que tú eres mi destino.

No quiero ningún mundo,
porque tú eres mi mundo, mi certeza.

Y eso es lo que eres tú.
Lo que sea que una luna siempre pretendió,

lo que sea que un sol quiera ser.
Este es el secreto más profundo que nadie conoce.

Esta es la raíz de la raíz,
el brote del brote,

el cielo del cielo,
de un árbol llamado vida,

que crece más alto de lo que el alma puede esperar
o la mente ocultar.

Es la maravilla que mantiene a las estrellas separadas.
Llevo tu corazón. Lo llevo en mi corazón.

Poema de E. E. Cummings (poeta, pintor, ensayista y dramaturgo estadounidense, 1894-1962)

viernes, 9 de octubre de 2015

Vuelo

Si alguien te lleva de la mano
te das cuenta
de que la mano tiene corazón
dos manos juntas
se entienden más
que todas las personas
que todos los seres
están juntas
completamente
si alguien te lleva de la mano
solo la mano vive
el resto del cuerpo
está desmayado
la mente duerme
y vas
como un barrilete
a cualquier lugar
que siempre te sorprende.

Roberta Iannamico (poeta argentina, 1972)

lunes, 5 de octubre de 2015


Hallazgo (2)

En el vapor del baño se dibuja
desnuda y luminosa.
Ceremoniosamente,
abre una toalla azul, se inclina
en una reverencia para el dios
de toda su belleza.
El pelo en catarata hacia adelante.
Lleva suave la toalla hasta la nuca,
se envuelve la cabeza,
con ademán antiguo
tuerce diestra la boa de algodón,
la enrosca en espiral
y sin saber siquiera que ha rezado
se yergue tan hermosa con turbante
que el solo gesto alumbra la vida cotidiana.


Poema "Con ademán antiguo" de Pedro Mairal

Hallazgo

Morder el verano,
morder el sol entero
por 1,80 el kilo.
Este durazno recién llegado a casa
fue apenas sueño de árbol escondido
alentado por el fertilizante,
después fue flor y fruto verde solo
protegido de plagas y de heladas
por cinco pesticidas,
engordado por lluvias y riego por goteo,
cosechado por Pablo Luis Ojeda
oriundo de Río Negro
que tumba en un colchón de gomaespuma
su cuerpo dolorido cada noche.
Cargado en un camión que avanza bajo el cielo
maduró este durazno con el viaje,
después llegó al mercado,
atravesó las mafias,
fue a parar a una cámara de frío
que le fijó el color
y lo detuvo durante cuatro meses
cerca de San Cristóbal
hasta que lo compró Supermercados Disco,
y lo llevó a la sucursal 14
sector verdulería de autoservice
donde yo lo elegí, lo embolsé, lo hice pesar
lo tiré en el carrito
al lado del pan Fargo, las pechugas,
junto al Skip Intelligent y el queso,
lo llevé hasta la caja, le leyeron
su código de barras,
lo pagué, lo reembolsé con nailon,
lo traje caminando hasta mi casa
cruzando la avenida,
bordeando el hospital,
entre ciegos, cirujas, policías,
lo subí en ascensor
y llegó a la mesada de mármol sin golpearse.
Entonces lo libré de las dos bolsas,
le lavé el pesticida en la canilla,
le lavé todo el cansancio del camión, el humo,
la noche de las manos de Pablo Luis Ojeda,
le saqué la etiqueta de la marca
y lo mordí con ganas de matarlo,
lo asesiné con dientes, mandíbulas y lengua
y a pesar de la química, de la distancia muerta,
a pesar de la larga cadena intermediaria,
me encontré allá en el fondo de su sueño amarillo
con esa flor primera que perfumaba el viento.

Poema "Un durazno" de Pedro Mairal (poeta y escritor argentino, 1970)