lunes, 31 de enero de 2011

Cada febrero nace una ilusión

"Cada febrero vuelve a renacer
De la ceniza de la soledad
Tu apasionado amor
Tu luz espiritual
Tu enloquecido embrujo,
Carnaval"


sábado, 8 de enero de 2011

"La liebre dorada" sale de vacaciones


"¿Cuál es aquel camino que tengo que tomar?...
¿Cuál es la hora exacta en que tengo que partir?"
¿Cuántas son las señales que tengo que seguir?...
Solo un momento, Vicentico


"La Liebre Dorada" y yo nos tomaremos un tiempo de descanso merecido y bien ganado, después de tanta docencia y literatura al galope de esta Patria nuestra.

Viajaremos: andaremos lugares, transitaremos caminos, saldremos al encuentro de personas, paisajes, aromas, silencios.

Regresaremos con todo ello en los ojos. Pero si en el mientras tanto, una lectura sorprende, una palabra enciende la mecha, una mirada puebla la noche o las estrellas dejan algún mensaje sobre las sierras y los ríos, si algo urge por ser escrito y rubricado en este espacio, volveremos por unos instantes para decir - te, y continuar el recorrido.

Junto con febrero estaremos todos de vuelta: la liebre, ustedes y yo. Hasta la vuelta.
                                                                                                                                       Noe.

Pdta. Los dejo con una cancioncita dulce, armoniosa y embaucadora. Buen comienzo !!!

jueves, 6 de enero de 2011

Poemas con aroma a verano - Segunda Parte

 Aquí yazgo pensando en ti:

¡La mancha del amor
se extiende sobre el mundo!
¡Amarilla, amarilla, amarilla
roe las hojas,
unta con azafrán
las cornígeras ramas que se inclinan
pesadamente
contra un liso cielo púrpura!
No hay luz,
sólo una espesa mancha de miel
que gotea de hoja en hoja
y de rama en rama
desluciendo los colores
del mundo entero;
¡tú allá lejos
bajo el rojo zumo del oeste!

Canción de Amor


Intenta dibujar un león
y logra un perro,
cuando siente hambre cree
calmarla dibujando pasteles,
si dibuja una serpiente
le agrega patas,
al concentrarse
en un grano de mostaza, cabeza
de alfiler que crece en arbusto,
dibuja una higuera, lo estéril,
leño seco destinado al fuego.
De preguntársele por qué,
hallaría que son confesiones, desajustes
documentando sus fallas,
un orden visual
para simbolizarlas,
primero la imagen
de su débil fuerza en las ambiciones,
luego la de su vocación por lo ilusorio,
luego la de su placer de deformarse
y en conjunto la imagen
de su extravío, incapacidad
de ofrecer frutos legítimos,
tal un árbol que no los da
así haya estado siempre junto al agua.

Elegía en Vida
Poemas de Alberto Girri

martes, 4 de enero de 2011

Poemas con aroma a verano

Cuatro jazmines

Corto cuatro jazmines
de la planta que me regaló
mi amigo.

Lleno de agua clara
una vasija de barro que,
muerta de sueño,
sorprendí en la alacena.

Me quedo viendo, encadenado a la fragancia,
la inconcebible explosión
del blanco sobre el verde
flotando, abandonada,
por el diminuto mar
de exacta calma.

Pero no,
al fin descubro un tenue latido
en el velo transparente.
Mis brazos, apoyados en la mesa
en la que escribo,
le transmiten el ritmo
de mi sangre.

Y así entiendo:
Yo también soy recipiente
de barro
lleno de agua destinada a secarse
alguna vez

Mi flor aún se está abriendo


Noviembre

Tu boca me empuja al éxtasis.
Arrojo pétalos
sobre tu noble cabeza.

Caigo en el abismo
igual que la lluvia
atrás de la ventana.
Paseo dos jazmines por tu justa espalda.

Bebes mi esencia.
Muero
como las frágiles flores
que destrozo contra tu cuerpo.

Del libro "Pruebas de fuego" de Pedro Aznar


Abrazándote

abrazándote
la vida me traspasa
estoy entero

Del libro "Dos pasajes a la noche" de Pedro Aznar

lunes, 3 de enero de 2011

Volver a ser

Poema VIII - Los Hermanos, Minami e I

Hay días
en que nuestra pequeña memoria
solo tiene espacio
para una lágrima oscura
que nos amamanta.


Poema VII - Kimitake

Volaré esta noche sobre mi pueblo
en busca de indicios o señales

como lo hice entonces
cabalgando corrientes
de aire tibio y sin nudos

seré la brisa blanca
piel de garza
en la última lluvia

en ese tejido inocente
de nabos y de orquídeas

lanzaré sortilegios
sobre invisibles destinos
escritos en la nada
para volver atrás
las horas y las muertes

hasta que tus brazos
me acunen para siempre

sin tortura

En  Los niños de Japón de la poeta Alejandra Correa

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domingo, 2 de enero de 2011

"¿Dónde estarás ahora?..."

Tal vez no importe tanto,

tu cara se borra sola.
Hay muchas caras en mi vida
que viven borradas
quién sabe hasta cuándo.
Se han borrado poco a poco,
pero en el momento menos esperado,
y a veces en el menos indicado,
vuelven a aparecer por un brevísimo instante
para sumergirse enseguida
en el “¿dónde estarás ahora?”
con un intenso sobresalto
de mi parte…


Hay días mucho más chicos que otros.
Y hay días muertos,
descolgados,
inútiles,
días que crecen y mueren sin esperanza.
El rostro borrado aparece de pronto
y es, al mismo tiempo, el mismo
y otro,
siempre dispuesto a borrarse
para aparecer otra vez
pero, ¿cuándo?


La música corre como el agua
pero se borra en el aire.
Es difícil acordarse del invierno
en verano
y del verano en invierno,
evocar una melodía remota
a la deriva en el tiempo pasado.
Es difícil salvar del olvido
un rostro, una cara
que se ha borrado
y que aparece
el día y el momento menos pensado.
Si uno pudiera manejar la cosa,
es decir matar definitivamente ese rostro en la memoria,
o evocarlo a voluntad,
todo sería distinto.


El vientito del despecho
ha lijado los relieves,
los límites de la superficie recortada,
de los diferentes rostros de Ella.
Uno se salva de a ratos
pero en el momento inesperado
Ella aparece con un rostro olvidado
que enseguida desaparece, etc. etc.
La cara, el recorte amoroso…
mas no el cuerpo
(el cuerpo decapitado
del rostro borrado).
Tal es el trabajo de salvación
por el momento:
evocar a voluntad
o borrar para siempre.
Incluso borrar el recuerdo
de haber borrado un rostro,
o todos los sucesivos rostros de Ella.
Cuando un rostro comienza a borrarse
(y por lo visto estoy diciendo rostro y no cara
porque rostro tiene más relieve que cara)
ojo, me digo, porque si los ojos de Ella se borran
algo comienza a terminarse
o algo, también, comienza a secas.
Es el comienzo de un nuevo rostro
que tal vez se borrará a su turno
y así sucesivamente.
Y lo de los rostros también se extiende a los lugares
que permanecen borrados
para reaparecer un instante de cualquier día,
no elegido,
y todos los días hay instantes que nacen y mueren vacíos.
 
"Tal vez no importe tanto", poema de Ricardo Zelarayán (el subrayado me pertenece)