miércoles, 5 de septiembre de 2012

Recomendación 1 / Erri De Luca


Hablo con Rafaniello, hoy tenemos tiempo, no siente nostalgia de su país, pregunto. Su país ya no existe, no han quedado ni los vivos ni los muertos, a todos los hicieron desaparecer. "Lo que siento no es nostalgia, sino presencia. En los pensamientos, o cuando canto, cuando reparo un zapato, siento la presencia de mi país. Viene a verme a menudo, ahora que ya no tiene un lugar propio. Y en los gritos del aguador que sube con la carreta hasta Montedidio para vender agua sulfurosa en tinajas, también me llegan algunas sílabas de mi país." Se queda callado un rato, con los clavitos en la boca y la cabeza inclinada sobre una suela. Ve que sigo a su lado y continúa: "Sentir nostalgia no es echar de menos. Es tener una presencia, una visita, llegan personas, pueblos de lejos, y te hacen un poco de compañía." Entonces, Don Rafaniè, cuando eche de menos algo, ¿debo pensar que es una presencia? "Sí, de ese modo cada vez que eches de menos darás la bienvenida. acogerás." ¿O sea, que cuando usted se haya ido volando, no tengo por qué echarlo de menos? "Así es", dice, "porque cuando pienses en mí yo estaré presente." Escribo en el rollo esas palabras de Rafaniello que invierten el sentido de la nostalgia y la mejora. Rafaniello hace con los pensamientos lo mismo que con los zapatos, les da la vuelta en su banco y los repara.


Erri De Luca, (Nápoles -Italia-, 20 de mayo de 1950)
Fragmento de la novela "Montedidio", Editorial Akal. 

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