lunes, 19 de octubre de 2009

Poesía que abriga




"(...) García nos abrigó en los tiempos helados, les puso nombre a nuestros dolores, produjo una narrativa que le otorgó sentido a lo vivido y así, mediante la magia que, dormido Merlín, sólo practica el arte, evitó que nos volviésemos (tan) locos. (Otra muestra del genio, que convierte en oro aquello que parecía limitación, en este caso, la métrica: no se trataba de que no nos volviésemos locos, bastaba con que no enloqueciésemos tanto.)


Puede que, al igual que Moisés, se le haya vedado el acceso a la Tierra Prometida. Por las dudas no le confesemos que tampoco hemos llegado aún. El hombre hizo todo lo que estaba a su alcance para sacarnos del desierto, y más todavía; pueblo quejoso, remolón y lúcido de manera esporádica, los que no estuvimos a su altura fuimos nosotros. Que esta indignidad no diluya su mérito: esté como esté (flaco o gordo, entalcado o empastado, politizado o palitizado), García no deja de recordarnos que los hambrientos, los locos, los prisioneros y los idos todavía están acá. Y que por ende, muchachos y muchachas (diría Tita), es hora de que volvamos a cantar".*


* "De vez en cuando escuchas aquella voz" por Marcelo Figueras en el Suplemento Radar del diario Página/12 (http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/5636-989-2009-10-19.html)

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