jueves, 17 de septiembre de 2009

Acqua, eau, aqua, vanduo

No es la lengua que la nombra.


No es el lugar que la contiene.


Tampoco la compañía que nos Sugiere.


Es todo lo que ella, con su sola presencia, Nombrar sabe.

Agua ...




"Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera Tupido y gris, aquí contra el balcón goterones con cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno Detrás de otro, qué hastío. Aparece Ahora una gotita en lo alto del marco de la Ventana, se queda temblequeando contra el cielo que la TRIZA en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, Mientras le crece la barriga, ya es una gotaza que cuelga Majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, Brotan en el marco y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós. "

Aplastamiento de las gotas de Julio Cortázar

"La luna llama a la mar y la mar llama al humilde chorrito de agua, que en busca de la mar corre y corre desde donde sea, por muy lejos que sea, y corriendo crece y arremete y no hay montaña que le pare la Pechada . El sol llama a la parra, que queriendo sol se estira y sube. El primer aire de la mañana Llama a los olores de la ciudad que despierta, el aroma del pan recién dorado, del aroma de café recién molido, y los aromas al aire entran y se apoderan del aire. La noche llama a las flores del Camalote, ya medianoche en punto estallan en el río esos blancos Fulgores que abren la negrura y se meten en ella y la rompen y se la comen ".
Los llamares en El Libro de los Abrazos de Eduardo Galeano

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