domingo, 6 de febrero de 2011

Noticias desde el río

La escena transcurre así:
                                     Fin de la sobremesa. Las embarcaciones se detienen a orillas del río. Se aquietan y el río descansa. Me pierdo en ese vaivén final. Me dejo ir. Ahora regreso. Recostados en el alero que sobresale de la cabina estamos los tres: los suplementos culturales de ayer y de hoy, el último libro de Berger ("Con la esperanza entre los dientes") y yo. Comienzo por el reportaje a Berger. La escritora y docente que lo entrevista para la "Revista Ñ" me conduce y me pierde, junto con ella, en las fotografías que acompañan el texto. Las miro una a una. Levanto la mirada y busco el río. Regreso a las imágenes del artista. Leo un párrafo. Vuelvo a las fotografías. Sigo por otro párrafo y me quedo en las fotografías. Ahora sé porque su lectura fue siempre como este río que "abre madrigueras en la tierra del habla".



"Cada par de ojos inevitablemente debe cargar con su propio horizonte. Pero este sentido ampliado de anchura y de lo lateral lo estimula a uno a imaginar (como ocurre en la infancia) una multitud de horizontes alternativos. La compuerta cayó desde arriba. Los horizontes se extienden en todas direcciones. Detrás de mi ojo derecho cuelga una arpillera; detrás de mi ojo izquierdo hay un espejo. Por supuesto no veo ni la arpillera ni el espejo. Sin embargo, lo que miro refleja ostentosamente su diferencia. Ante la arpillera, lo invisible permanece indiferente; ante el espejo comienza a jugar."


"Una intervención quirúrgica para extirpar las cataratas devuelve a los ojos buena parte de su talento perdido. Talento, no obstante, implica invariablemente cierta cantidad de esfuerzo y resistencia como también gracia y beneficio. Y por esa razón la nueva visibilidad representó para mí no sólo un don sino un logro. Principalmente, el logro de los médicos y las enfermeras que realizaron la intervención y también, en grado un poco menor, el logro de mi cuerpo."

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