jueves, 20 de agosto de 2009

Preparando las valijas...



(...) "Faltaba poco para irnos. A la curiosidad que despertaba el viaje se mezclaba el desconcierto por el viaje. Contaba los días. Me habían entregado el pasaporte, los certificados de vacunas, los pasajes. Comencé a embalar. Del Altillo bajamos dos grandes baúles que habían pertenecido a mi madrina.
Metimos todo lo que pudimos: la máquina de coser, la bicicleta de Mario, cuadros, colchas, ropa, libros de Guido (Salgari, Julio Verne), cacerolas, sartenes, platos, cubiertos, vasos, cafetera, plancha, tijera de podar, una azada y una pala sin los cabos, herramientas. Yo no Quería desprenderme de nada. Nos ayudo un vecino. Después, en un carro tirado por un burro, los llevo baúles y los cajones hasta la Estación de Tren de Fondotoce y los DESPACHO PARA Génova. Vendí los muebles. El dormitorio A LOS unos vecinos, la mesa y las sillas A UNA compañera de trabajo, la cuna a Otra vecina.
Dos días antes de viajar, Guido el bajo hasta Pozo, y se metió un poco Nadó.
Era comienzo de junio y el agua helada Estaba todavía. Aquella noche Tuvo fiebre ya la mañana siguiente llamé al médico. Guido me dijo que no había querido irse sin despedirse del Río.
Hasta el último momento, yo seguia formulándome preguntas que no encontraban respuesta. Teníamos lo que habíamos querido siempre: la casa, el terreno, la Posibilidad de trabajar. Habíamos defendido esas cosas, las habíamos Mantenido Durante esos difíciles años. Ahora, Cuando aparentemente todo tendía una normalizarse, ¿por qué debíamos dejarlas? Me costaba imaginar un futuro que no estuviese ligado un VER paredes, esos árboles, montañas y ríos esos VER. Había algo en mí que se resistía, que no entendía. Sentia como si una "voluntad ajena me estuviese arrastrando una una aventura para la Cual no preparada estaba.
La mañana de la partida me desperté temprano. Era el día de Corpus Christi.
Todavía no había comenzado un clarear. Salí y me senté en el banco de piedra.
Cantaban los gallos. El aire Olía a limpio. Percibí el silencio Alrededor, y respiraba con fuerza Trataba de pensar. Pero en mí no se encontraba vacío entre China y asombro. Recuperaba imágenes del pasado, volvía a verme en ese banco con Carla y Lucía, con Elsa, y me parecia Qué estaba Abandonando También esos recuerdos. Me levanté, me acosté a la cuesta, anduve entre los almácigos, llegué hasta el fondo, toque el tronco del nogal, me detuve Miré acá y allá y el terreno desde todos los ángulos. Lo Miré como tantas veces, en tantos años, y fui tomando conciencia, con estupor doloroso, ahora que lo estaba viendo De Una Manera definitiva y única. Era extraño advertir cómo el cielo se tenia una vez mas, las cosas de siempre volvían una definirse, y saber que Dentro de un rato emprenderíamos viaje y todo eso quedaria atrás.
Trataba de Fijar en la memoria cada detalle, Quizá para poder recordarlo Después, para no perderlo todo, y llevarme algo de esa mañana de despedida.
Se me enganchó la manga de la camisa en la rama de un rosal y tuve que tironear bastante para desprenderme. Aquel pequeño incidente casi me hizo llorar. Llevaba en la mano una bolsita de tela y la llene de tierra. Me acordé de mi abuelo abonando esa tierra, de mi padre punteando, sembrando hortalizas.
Comenzaron Después de un sonar de las sirenas de las fábricas. La Cresta del Monte Rosso se coloreó y Rápidamente la luz iluminando Fue La Ladera. Entré en la casa, abrí una valija y guardé la bolsita con la tierra. Recorrí las habitaciones como había recorrido el terreno. Con el brazo extendido Rocé las paredes, las puertas, las ventanas. Me senté en un rincón y me quedé ahí, sin moverme, Que Fue hasta la hora de despertar a Elsa y Guido.
Vino mi hermano y me entrego una foto DONDE ESTABA Con su mujer y su hijo. -Para que no te olvides de nosotros-dijo.
Más tarde Aparecieron los vecinos. También Carla.
Llegó el momento. Hubo abrazos y lágrimas. Me decían:
-Nos veremos pronto.
Salimos por última vez Puerta de aquella, cruzamos el patio por última vez, bajamos por el sendero y nos fuimos por la calle Ancha. A cada paso y giraba la cabeza para mirar la casa, hasta que la casa desapareció sólo quedó la Copa del nogal y un poco más adelante Ni siquiera eso. Después hubo un ómnibus, un tren, otro tren, El Puerto de Génova, un barco y América. "


Antonio Dal Masetto. Oscuramente fuerte es la vida. Ed.Planeta. 1990.

1 comentario:

LeonAncestral dijo...

Santiago es el protagonista de el alquimista, tuve la suerte de encontrarme con ese libro de cohelo antes que los otros, que debo admitir, son todos iguales...lo leíste?
No todo lo que se lee es bueno, lo se...pero no me pesa haber leido ese libro de cohelo (si me pesa la quinta montaña por ejemplo, que apesta)

Un viaje, es sabido que el viaje en si no es mas que trasladarse geográficamente, del punto A al punto B, Recide entonces en el viajero darle a este traslamiento un sentido, lo que nos lleva a que sentido tendria un viaje,

bien, tenemos
A)De negocios
B)De placer
C)De Auto descubrimiento

es verdad, puede que haya muchísimas mas razones para viajar, pero prefiero centrarme en estas tres, no solo por abarcativas...sino también por lo diferente que son entre ellas...

Del punto A, no tengo pensado hablar...antes que nada por que no lo experimente,pero viajar pura y llanamente por negocios, es parecido, en definición a tener sexo porque se corto Internet y buen...

Punto B, este puede ser mas nutritivo, por varias razones...antes que nada, por que el hecho de distenderse, puede ser una experiencia liberadora, y en la libertad reside el auto descubrimiento, a mi parecer, obvio, lo cual estaria ya entrando en el grupo C, pero antes de pasar de "viaje", debemos tambien admitir que en este tipo de viaje, suele ser el que termina por desembarcar en algun pico de stress a la vuelta, por que el viajero, es la misma persona que se fue, y lo unico que hizo, fue cambiar un poco el ecosistema donde acostumbra a "sedentar" lo cual lo pone nervioso

y finalmente C, viajar para redescubrirse, o mejor aun! para DESCUBRIRSE, un viajero con este interes, puede incluso lograr el cometido, llendo con el 126 de mataderos hasta flores...
El viajero que tiene esta intencion le da al viaje vida, lo llena de energia, y de vitalidad...puede estar viendo la capilla sixtina, puede estar en el gran cañon, o en la plaza de san justo, y depronto entender,( algo que lamentablemente no pude experimentar, todavia)...uno puede sentir, en escocia, que le pertenece a esa tierra, que su piel tiene el olor del mar mediterraneo, que su hogar,no es necesariamente donde vive,sino el suelo que ahora pisa, de ahi venia su sangre, o no, pero es ahi donde tiene que estar... un viajero que quiere descubrir, es peligrosisimo para el resto, a ninguna matrix le conviene un Morfeo,eso, eso es un viaje, un verdadero viaje re encontrarse con ese Morfeo que Zeus aniquilo por contarnos secretos.
Abrir esa caja de pandora,

entonces, despues de razonar a la par del tecleo, sacamos como conclucion que viajar es moverse de A hasta B, y si en el camino podemos econtrar nuestra verdadera casa, entonces recien ahi, ganariamos el mote de Viajeros...